Es
necesario, ¡Cristo de veredas y huertos getsemánicos...!, que vengas otra vez,
alzado el ademán, fustigando iracundo
al tropel de “erenianos”
(ERE) corruptos y desalmados mataniños (“dejad que los niños se acerquen a Mí”)
en los vientres maternos tal Herodes feroces y crueles.
Ven. Cambia este sistema explotador que existe,
por el que triunfan los ricos más ricos, y el pobre siempre está triste...
¡Ven!..., aunque te espere otra cruz.