A MI VIRGEN DE LOS
REMEDIOS
¡Salve encanto
del alma,
de mi corazón consuelo
y de tus hijos
de Cártama
el amor más
transcendido!…
Como vitalicio
devoto
a mis noventa y
tres años
yo repudio a
quienes,
con tu nombre,
mercadean,
que por ello es
muy cierto.
Como por la
misma razón
alcaldesa perpetua te hicieron;
¡Qué desvarío,
demagogia
al fin de fama vana populista
Madre divina de
mis entrañas…
No han aprendido
de tu Hijo:
“Al Cesar lo que
es del Cesar”
y a Dios y a su
Madre de los Remedios
todo amor, paz y
devoto valor!.
El valor noble
es necesario
para ser
coherente cristiano
en estos tiempos
en que estamos.
Reina y señora
de Cártama
escucha este mi
cantar:
que nuestras
almas se unan
¡Y que viva
España en paz!