¡¡ QUE LLUEVA, VIRGEN
DE LOS REMEDIOS!!
(Dedicado
a Don Francisco, Párroco de la Estación de Cártama, con mí afecto)
Oh Virgen de los Remedios
Cuyos reflejos
En mis ojos desde niño resplandecieron
¿Te acuerdas, Madre, cuando
a tus pies diariamente
(como sigo haciendo) te rezaba la salve
para que a mi padre
Tú lo sanases?...
Hoy Cártama te ensalza
como a la Madre y,
tú nombre bello repiten
montes y valles con naranjales
y te piden que llueva
porque se secan de sed los limonares;
ponte Madre Tu “manto del agua”
y, con él mira hacia la vega
y haz un milagro
como aquel que hiciste
cuando la peste de 1,579;
y, desde entonces tus hijos te alaban
Madre Santísima de los Remedios.
En este mundo de tanto peligro
te imploramos, ¡Sálvanos!,
pues nadie a Ti
llegó
Señora, con fe rendido,
¡Experiencia de ello tengo!
que cuanto te suplicó
Tú no le hayas concedido
Señora, yo de ti imploro:
Remedio de la sequia.
Esperanza del abnegado labriego.
Madre
en mis desvelos.
Émulo de Jesús, tú Hijo.
Denuedo en mi lucha.
Ideales cristianos en España.
Oasis en este aciago momento.
Serenidad, valor cristiano y salud.
Y me despido con aquella
Inocente coplilla que los niños
de antaño en tiempos de sequia
entonábamos:
¡¡ Que llueva, que llueva
la Virgen de la Ermita…
Que caiga un chaparrón!!
Y a tu morada ideal de lo infinito
suba como un incienso
todo el amor que por mi pueblo siento;
y más, ¡cuando veo lo que con él están haciendo!