EL CAMINO DE LA ERMITA
En 1,482 el Maestre de
Santiago al servicio, como el Marqués de Cádiz, con sus huestes respectivos,
formaban el ejercito cristiano que, al mando del Rey don Fernando el Católico y
de Isabel, se decidieron reconquistar el último reducto árabe que
quedaba en España, El Reino Nazarí de Granada, al que pertenecía Cártama y
restos de pueblos de la provincia de Málaga, inclusive ésta. Pero, centrémonos en
Cártama: Una vez rendida Cártama tras duros combates, se expulsan los moros a África
de donde vinieron y, tras ello se elige en sitio cercano a la Fortaleza Agarena,
en un oratorio árabe que alarifes (albañiles) que acompañaban al ejército
Español reconquistador transformaron, en
un solo día (Según el cronista Real “Cura de los Palacios”), en una coqueta y
solitaria Ermita para la Patrona de Cártama, la misma que tenemos hoy, que los
Reyes Católicos llevaban en su tienda de campaña y regalaron a Cártama como
patrona con el nombre de “Virgen de los Reyes”; hace de ello ni más ni menos
que 542 años; y vamos al “Camino de la Ermita”:
El Maestre de Santiago
ordenó que desde el último Canapé que iba a la Fortaleza árabe, se hiciera un
terminal desvío directo a la Ermita,
para, que por él, los devotos accedieran directamente a esta a rezarle a la
nueva patrona. Y para el Castillo se hicieron veredas de acceso por varios
sitios. Desde entonces acá, en todos los planos y fotografías de Cártama que se
han hecho, el Camino de la Ermita que muestran es el actual y, para terminar,
la pregunta, que viene de cajón:
Siendo, como es por
plurales razones, sagrado y ruta de Rosarios, con las estaciones señaladas desde
hace cinco siglos y medio este singular “camino”, se le ha ocurrido a alguien
ponerle adelante cuadros de losetas con escenas del “cuento chino”, “El
abencerraje y la bella Jarifa”, cuento irreal morisco fronterizo sin relevancia
según, Marcelino Menéndez Pidal en su libro “Flor nueva de Romances Viejos”.
Sepan los señores que
han puesto el cuento de Jarifa en zona de la Historia grandiosa de Nuestra
Señora La Virgen de los Remedios.
Y despongan toda
reticencia ideológica y recónditos odios
inexplicables.