jueves, 5 de diciembre de 2013

PRESENTACIÓN DE ANTONIO VARGAS PÉREZ EN EL “PIMPI” (15/11/04)



            Dice Francisco Baquero Luque presentador del ponente:                    

            Buenas noches:

            El conferenciante que me toca presentar a ustedes esta noche, Antonio Vargas Pérez, nació y se crió en Cártama. Su hogar fue una casa de la finca de  labor de sus padres denominada                  “Palomo”, lindera, carril por medio, con las tierras labrantías de mi padre. Quiere ello decir, que Antonio Vargas y yo, somos amigos desde la niñez. Él, que creo recordar no conoció otra escuela que la de la naturaleza, mostró, empero, desde chavea,  una especial afición a los libros y un ostensible apego a cuanto significara cultura y saber,  acicatado ello, por los constantes consejos y ejemplos que a ambos nos daba el  viejo amigo común, “Paco Juan Ramo”, personaje singular de enorme sapiencia autodidacta en casi todos los ramos del saber,  al que solemos recordar Antonio Vargas y yo, como hacemos esta noche, con placentero cariño. Con estos trazos, doy por suficientemente delimitada la semblanza humana de Antonio Vargas. Describirla en toda su dilatada e intensa dimensión aventurera e intelectualmente inquieta,  requeriría escribir lo que es: una apasionante novela.

            Como Antonio Vargas, dado el carácter expositivo de su conferencia necesita para dictarla todo el tiempo de que disponemos, yo  voy a  emplear muy pocos minutos en esta presentación de él  y previa puesta a punto  de la temática que va a desarrollar.  Temática de indudable interés, dada su singularidad y rabiosa actualidad, como sugiere el título de la misma: “ Una alternativa ecológica inédita”, cuya novedad consiste en que es hoy totalmente aplicable para la ineludible recuperación de las aguas de consumo humano, como demanda la cada día más densa  demografía mundial, sumida en la vorágine del consumismo incontrolado, y cada vez más  apegada  a   la filosofía del hedonismo y el bienestar.

          Por el contrario, la propuesta ecológica que Antonio Vargas ha descubierto en sus viajes por el continente hispanoamericano, depara a los países             que la han adoptado, en especial Bolivia, un  enorme  ahorro económico por su bajo coste en la  recuperación del círculo acuífero tras ser contaminado por  los seres humanos.

         Se trata de un método absolutamente natural, pues es  la propia naturaleza la que se encarga, mediante el revolucionario, y a la vez ancestral mecanismo biológico, de tan beneficioso reciclaje  a través del cultivo programado de la prolífica y misteriosa planta conocida como,  “TAROPE”.

          El “Tarope” medra espontánea y endémicamente  en los ríos de los territorios  guaraníes (el nombre de la planta es guaraní), de  Argentina, Bolivia y Paraguay, países éstos, como él mismo nos explicará, profundamente conocidos por nuestro conferenciante, no sólo geográficamente, sino en su cultura, literatura, antropología, folklore   (del folklores boliviano nos podría ofrecer un vídeo, si el reloj lo permite, de una belleza inusitada), historia, etc.

             Es el “Taropé”, una especie de nenúfar de hojas muy grandes, con peculiares características biológicas que la hacen de suma utilidad en la búsqueda de un sistema ecológico alternativo al cada día más depredador de nuestro propio hábitat, en los tiempos modernos.
 
          En definitiva, a través de dicha planta los bolivianos  tienen en funcionamiento  un ancestral y natural sistema de depuración y recuperación de las aguas, que ya adoptaron de forma inteligentemente empírica las más antiguas civilizaciones guaraníes miles de años antes de Cristo, en el Departamento más seco  y árido de Bolivia, la región de Los Mohos, y que como virtual ejemplo y esperanza para los pueblos pretendidamente civilizados, aún se sigue utilizando. Es, pues, una muestra  elocuente  a disposición de las actuales generaciones en los países desarrollados, de cómo por medios naturales se puede conservar limpia y aséptica el agua  que necesitamos para la subsistencia,  que cada día  escasea más, y, está más contaminada  por la acción de un  desarrollismo incontrolado e irracional. 

          Este sistema, que en definitiva tiende a la  defensa del medio y a la buena administración de  la vida --- el agua es vida ---, permaneció inédito hasta que en la década de los años cincuenta del pasado siglo, fue descubierto casualmente por el investigador norteamericano, Kenne Lee,  descendiente del célebre general de la guerra de secesión norteamericana del mismo apellido, y, con el que  nuestro conferenciante de hoy, Antonio Vargas, colaboró durante varios años en el estudio de este fenómeno ecológico en la   región boliviana de los Mohos.

           Pero dejemos ya que sea el propio Antonio Vargas quien  de forma pormenorizada y gráfica, nos  ilustre sobre tan interesante tema, al tiempo que, según me ha dicho, va a recordar las figuras de algunos malagueños que en el devenir de los siglos dejaron su impronta en diferentes campos del saber por aquellas tierras tan transcendidas de españolidad, no sólo en la lengua, sino en costumbres, arquitectura, devociones, tradiciones, sangre mestizada, etc., hasta tal punto, que él mismo me asegura que parte de su corazón lo tiene ahincado en estas tierras a las que un día se vio obligado a peregrinar por mor de la perra vida que siempre acunó en España a las gentes del campo. De un campo muy bonito y sugerente para poetas (que ya tampoco), especuladores y usureros, pero  que al labriego, según el refrán, “envejece, empobrece y envilece”, y, sus  espaldas encorvadas siempre fueron  estribo del que aquellos se valían, y valen, para recolectar   el fruto, ya maduro, de los pegujales  que los campesinos hicieron parir a la tierra a base de  sudores y sacrificios. 

Es  de gran interés informar aquí que de la planta "tarope", debido a algunas desconocidas circunstancia de traslación desde su hábitat boliviano o similares de aquellas latitudes de allende el océano, se han podido detectar algunos esquejes ya desarrollados en las aguas de nuestro río Guadalhorce a su paso por el término  de Cártama, suceso que de adquirir mas ausado  más relieve, obviamente tendría una importancia notable. Serían una más de las muchas especies vegetales hoy base de nuestra riqueza agrícola, vinieron de América. 

Dicho lo cual, paso la palabra a mi amigo, hijo de campesinos, como yo, Antonio Vargas Pérez.