REMEDIOS LOPEZ (Poeta del pueblo)
Presentación en Sala Cultural de Málaga 20-1-04
La primera vez que se le hizo un reportaje periodístico a Remedios López se lo hice yo que entonces colaboraba con el Diario "EL SOL DE ESPAÑA" allá por el año 1.970 (Fotografía de Agustín Lomeña)
La primera vez que se le hizo un reportaje periodístico a Remedios López se lo hice yo que entonces colaboraba con el Diario "EL SOL DE ESPAÑA" allá por el año 1.970 (Fotografía de Agustín Lomeña)
Presenta: FCO. BAQUERO LUQUE, que dijo:
Esta señora que aquí ven, físicamente un sarmiento, delgada como un hueso y “el pelo
cano como la flor del almendro”, la cara chorreada de afanes y penas, que lleva
su enjuto cuerpecillo envuelto en un sayo negro hecho de jirones de
tragedia como un personaje escapado de alguna tragedia clásica griega tales Esquilo,
Sófocles o Eurípide, esta señora, que tiene 84 años es, Remedios Díaz
Miranda, más conocida familiar y poéticamente, como Remedios Lopez, cartameña de nacencia y
de crianza, y, además, juglar,
o sea, poeta del pueblo. Pero más que nada, y en virtud de lo dicho, en
realidad ella misma es poesía
encarnada, con un argumento musical sin régimen de continuidad, anafórica, pero cargada de
autenticidad, es decir, que ahonda en los motivos y llega al sentimiento y
emoción de las gentes, porque , parafraseando la Biblia , “de la abundancia de su corazón habla su
lengua ”
Remedios Lopez
espiritualmente es una planta
frondosa nacida en un desierto de
desgracias, que lucha impertérrita contra
la penuria de la perra vida que el destino le ha marcado, de lo que
paradójicamente emerge su númen para cantar con brío y fuerza, ya lo
verán ustedes, y pese a sus 84 años, sus versos callejeros nutridos, si bien de
tragedia, también de esperanza, de
alegría, y, de perdón; y no poco tiene que perdonar a sus congéneres. ¡Cuanto
sabe de perdón Remedios López! Por esta razón su poesía es emocionalmente caótica,
porque caótico es el mundo que percibe. Su poesía está hecha de magma, de
sentimientos en ebullición.
Como
dijo Concha Espina, “el dolor es el padre
de la poesía y su madre la misericordia. Del infortunio y la piedad
estrechamente abrazados en las almas nobles, nacieron los más sabrosos frutos
del ingenio humano...”.
Y si alguien sabe de dolor, de misericordia, de infortunio y de
piedad, hecho toda una pañeta humana en su fleve cuerpo y en su dúctil alma,
esa persona es, Remedios Lopez.
Y esta prefunda ley, añade el autor
que me presta o inspira esta cita, salvo raras excepciones,... resplandece como
propia y nobilísima virtud del genio español, destinado a engendrar (si
sus propias circunstancias no son tan extremas, como es el caso, que se
lo impida), sus más hermosos y gallardas obras, no en lugares de sosiego y
ventura..., sino en duros caminos y hasta en oscuras cárceles (¡cuanto sabe de cárceles, en las carnes de
su carne, Remedios Lopez !).
En un lóbrego calabozo de Toledo, convertido
en dulce retiro de las musas por obra y gracia de San Juan de la Cruz, brotó la
música inefable de aquellas liras melodiosas, aquel divino epitalamio con que la lengua
castellana mostró ser el idioma de
los ángeles.
En difíciles circunstancias, también por mor
de la calumnia, nacieron los “Nombres”, obra sublime del Príncipe de la Paz,
que escribiera en la cárcel Fray Luís de
León, como también sabemos que en una cárcel de Sevilla, en donde “toda
incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación”, nació el
rey de los libros españoles, el Ingenioso Hidalgo don Quijote de las Mancha.
Con
lo que antecede no quiero comparar (según el decir popular las comparaciones
son odiosas), el ingenio de nuestra hoy
homenajeada, con el de los monstruos de las letras que cito. Sólo he querido
resaltar con ello, que el ser humano,
incluida como muestra ejemplar Remedios
Lopez, es capaz de sacar fuerzas de
flaqueza y de la adversidad, y
sobreponerse a las amarguras, y a veces extremas realidades de la vida , para
mantener vivo en su alma y en sus
hechos, la esperanza y el
ideal, que ella sitúa con arraigada fe en el más allá.
Remedios,
no sabe métrica, ni gramática, ni siquiera leer y escribir, y por esta razón su
poesía, ya lo he dicho antes, es
anafórica. Pero su alma es una fontana de la que fluye un limpio río de espontánea, constante e inacabable
poesía auténtica, de esa que sabe a
pueblo, a yunta, a besanas , a horizontes soleados de los que tiene repletos sus
ojos; y, a amores cálidos entre malvas a
orilla de los jazmines, pues también de amores, (¡cómo no siendo poeta!) sabe lo
suyo Remedios, cuyo patronímico se lo puso su madre en loor de la Patrona cartameña, Nuestra
Señora de Los Remedios, cual antaño era costumbre.
Si
nos fijamos en el fondo de su poesía, alienta en ella, repito, la rotunda fe religiosa que le ha dado, y da,
fuerzas para soportar la dura vida que le ha tocado vivir y que sólo a ella
cumple explicar a ustedes, lo cual hace
en versos que son una cadena de salterios:
Remedios, sin saberlo, es salmista, espontánea y humildemente salmista, como lo
fueron aquellos eremitas o monjes, que
no sabiendo leer, adaptaban sus loas a Dios
con salmos propios hasta constituir con ellos un salterio paralelo al
bíblico que, por falta de ciencia, no podían interpretar, imitando así el modo
de rezar de María y del propio Jesús.
Como
del poeta Quintana, suele decir Remedios
a su modo:
“El
poeta... en su misión
sobre la
tierra que habita,
es una planta maldita,
con
frutos de bendición..”
Muchas gracias