sábado, 30 de abril de 2016

LO QUE EN EL PUEBLO SE PREGONABA ANTAÑO


Los pregoneros de frutas y verduras, los “lañaores” (de lebrillos, orzas, tinajas, etc de barro), los pescaderos, los afiladores y toda una amplia gama de artesanos, recorrían a diario las calles del pueblo con su bestia  cargada pregonando sus mercancías, o servicios, a las amas de casa.

Uno de estos vendedores ambulantes, con su mulo de reata, a veces petaca en mano echando un cigarro, cargado  el serón de naranjas de  distintas variedades, emitía su  pregón con voz melódica y con un dejo  que algunos que alcanzamos a vivirlo  lo tenemos grabado en las entretelas y nos insta a la melancolía. Su pregón era de este tenor  literal:

“Vendo naranjas chinas,

Chinas y mandarinas,

Calejillas  de las buenas

¡Que son de canela mis naranjillas!,

Niñas, que llevo limones


Y son los mejores…”