CONOCER A MAQUIAVELO,
ES CONOCER A PEDRO.
Niccole Macchiavello (Nicolás Maquiavelo, 1469-1527), historiador,
político y teórico italiano, hombre de pensamiento y activista político, es el autor
del célebre libro,EL PRINCIPE (1.513),
una de las obras más representativa del
Renacimiento europeo. Se trata de un ensayo de teoría política, lo que los eruditos
llaman un espejo de príncipes: enseñanza
para reyes y gobernantes.
A lo largo de una vida agitada, como profesional de las
cancillerías y de la corte, Maquiavelo
va configurando su teoría política, fruto de su experiencia y de sus
conocimientos históricos.
Maquiavelo enseña
a Lorenzo de Médicis cómo se ha de gobernar: la cuestión principal ha de ser mantener
el poder ---es indudable que Pedro Sánchez es lector a fondo del Príncipe---.
Un “príncipe” debe ocuparse de la guerra. Pero respecto a todo el político con
gobierno ha de hacerlo con virtud ---esto al parecer lo ha obviado el tal Pedro
Sánchez ---, la virtud consiste en salir beneficiado de cualquier asunto a toda
costa. La razón de estado, su conservación y firme asentamiento, es el pilar de
la doctrina política: “Procure, pues, el Príncipe ganar y conservar el estado;
los medios serán siempre juzgados honorables y, serán alabados si logra el
éxito: el vulgo se deja cautivar por la apariencia y el éxito”
Las anteriores propuestas
carentes de toda caballerosidad y dignidad moral, le acarrearon toda suerte de desgracias a
Maquiavelo y, una fama de miserable que ha perdurado en el lenguaje común: Se
dice de una persona que tiene
intenciones maquiavélicas cuando tiene tendencia a la falsedad, la
traición y la perfidia, verbigracia: don Pedro Sánchez y, no pocos rebuscados adláteres.
De los ministros y afines hoy ya
no se les dice socialistas sino “SANCHISTAS”