VISITA A LA VIRGEN
Sube despacito y sosegado
Que pino es el camino, las vistas
bellas
Y la Virgen nunca tiene prisas,
Que paciente siempre espera
A quien va a verla y ofrecerle
Una flor y una oración de amor
Y eso La pone henchida y contenta.
Al devoto, obsequiosa siempre le regala
Una sonrisa celestial y divina
Y el paliativo de todas sus penas.
¡Qué memento es estar en Su Ermita
Un rato de intimidad con nuestra Virgencita¡
La que nos quita del ánima toda
zozobra
Y es gañana en las besanas de las almas
Siempre agarrada a la divina
mancera
Abriendo maternales surcos de amores.
Déjate ir a la Ermita entre
paisajes
Paradisiacos sin pares en la tierra,
Y entona un himno nuevo con
arpegios
De los que Ella en tú visita te inspirara.
Piensa que ese surco con el alma curada
Es surco que abres a la vida ahora
intensa
Con alegres cantos de pájaros en
la alameda
Ahora la Virgen con su mano en la mancera
Serán para ti arpegios de Dios que
te vela
Y le da tempero a tu vida cada
mañana.