EL TIEMPO EN QUE
NOS “DESVIVIMOS”
Ciertamente,
vivimos hoy en un sinvivir. Una época de ofertas político- económicas, morales-deontológicas,
culturales, de enseñanza, sanitaria, etc. nada positiva y, por tanto, insatisfactoria.
Al
anterior enunciado, la realidad de cada día en nuestro país, nos ofrece
ejemplos meridianos; empezando, por la deteriorada calidad democrática que, sin lugar a dudas es lo que más urge sanar y,
a renglón seguido, LA CULTURA POPULAR, “dominada por un acusado simplismo
intelectual y, una creciente vulgaridad”, ni positiva ni confortable
socialmente.
Nuestros
políticos en general, y más en la izquierda, muestran un fanatismo casi
fundamentalista (o sin casi), y basan su pesca de votos en bancos de votos
deleznables que, los propios políticos, capitalizadamente desde las escuelas y
sus viles ejemplos han sustanciado, amén
que viven políticamente del enfrentamiento guerracivilista que inyectan a la
masa social. ¡¡¡ Un horror de “casta” política la nuestra!!!: No existe un país
en el mundo, más que España, en el que el
gobierno socialista pacta con quienes quieren derribar al gobierno y al Estado:
filo terroristas, golpistas, criminales en la cárcel, comunistas trasnochados y,
otros de análogas layas.-
Quiero
ilustrar este alegato con unos versos del genial y universal poeta cartameño
(que Cártama ni siquiera sabe que
existió…) Enrique López Alarcón ---nieto del ilustre cartamañeo, José Alarcón
Lujan, alcalde que fuera de Málaga--- hijo de una de sus hijas las “tres peteneras” a la que un alcalde
de la Villa le rotuló la Plaza que llamamos del Pilar Arriba. Su aludido Padre
está enterrado en el Cementerio de Cártama y sus hijas en una cripta de nuestra
Iglesia Parroquial. Estas peteneras están en el cancionero popular: “Señor alcalde mayor// no persiga a los ladrones//, que tiene usted unas hijas//,
que roban los corazones//”
Los versos de Enrique López
Alarcón, poeta de rutilante estro, íntimo amigo de González Marín (de cuyo repertorio jamás se cayeron los
versos de su amigo), rezan así:
"Mas no podemos ofrecerte flores,
que en abril,
esplendente primavera,
se fueron a formar los tres colores
que esmaltan el cendal
de la bandera;
Pero... aún le queda al
vate la jornada
del poema de una España
libertada."
La familia Alarcón Lujan, José, nacieron y vivieron en la Calle Viento de
Cártama en la casa señorial que sobresale del resto.