lunes, 6 de noviembre de 2023

 VERANO

(EN RECUERDO   DE  ALEJO   GARCÍA                                                                              

          ¡Qué ufanía del verano...!: Febril despliegue  de faenas en los campos  de las riberas fahaleñas  y guadalhorzanas, moteadas otrora de cortijadas labrantías rebosantes de vida y trasiegos faeneros! De los desvanes y trasteros cortijeros se han sacado las herramientas durante la invernada  guardadas: bielgos, horquillas, rastrillos,  escobas de tarascas y sierpes para  el barrido de los tamos en las eras, cribas y harneros, palas de venteo de los granos despajados, el rulo y los aperos de las colleras y recuas que trillarán las parvas; esquilas y campanillas...

           A las  yunteras carretas que efectúan  la barcina   de mieses desde los rastrojos a las eras, y  el acarreo de remolachas a las estaciones de Cártama y  Aljáima, se le untan los ejes, se le remiendan latigaduras y  verifican y  ajustan las varas laterales y los limones delanteros.

           ¡Un rebullir de vida plena,  con olores de esquilmos y paseros, de rabizas y entresacos de maíces en regadíos! ¡Es el verano!: la estación en que se ponen las eras de trilla, se barcinan las mieses de  espigas segadas y engavilladas y se trillan  entre  cantes temporeros por doquier.

          Llegaron los pipiónes abejorrucos que anidan  en los boquetes escarbados en los balates del río. Y, la golondrina, volvió a colgar su nido de barro en el alero familiar y en las vigas de los “tinaos” invernales..

          Desde los alcores del molino llega al llano, dándole majestad al silencio, el eco   del cante de caminos abandolao  del carretero al son de los esquilones de sus bueyes, copla que se hace memento sereno en las noches de luna, mientras los braceros  espantan el cansancio del duro trajín diurno  de sol a sol chirivitero, soñando sueños imposibles en   su  duerma sobre  las parvas.

          El rebuzno de un garañón en celo espanta a su paso por el realengo a la abubilla que rebusca con su corvo pico y cabeza con  peineta de leves plumas, las semillas desprendidas de los carros y angarillas  de las barcinas.

          Es la  estación plenaria en la que se llevan a cabo  la recolección de cosechas y los esquilmos  de higos, almendras y chumbos en los cerros de la sierra de las “Viñas”, en donde las familias esquilmeras pasan el verano con paredes de adobe y techo de juncos y palmas;  esos chumbos que al alba vendía  el chavea en su borrico que los baja en cestos encostalados y pregona su oferta mañanera: “¡¡Andén  a los frescos..., chumbos frescos,  gordos y reondos...!!”                                          

           Por sempiternos caminos  de herraduras y realengas, con bordes de granados en flor, bullen los carros y carretas cargados con productos de las huertas, que al amanecer han de estar para su venta en el mercado de mayorista de la capital.

          Es (¡era!) el verano guadalhorceño. Y, junto a su añoranza, quiero hoy dedicar un encariñado  homenaje en la memoria,  a un gran hombre que no perdía ocasión, sobre todo en verano cuando hacía  rengue estival en latines: Alejo García, abandonado ya el Seminario, periodista de  casta (dio la primicia radiofónica de la legalización del Partido Comunista durante la transición) que nacido en Alhaurín el Grande, e hijo predilecto de esta Villa, debió serlo adoptivo  de Cártama, pero... ni una calle (en Alhaurín una Barriada; lo de siempre...

            Quería a esta tierra y  durante su niñez y juventud pasaba más tiempo aquí  con sus abuelos, tíos y primos,  que en Alhaurín el Grande. Como una muestra por cientos de ello, al final se inserta un reportaje fotográfico que sugiere la vida horaciana,  “la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido”,  que antaño se vivía en los campos de estas tierras          que riegan los ríos, Grande, Guadalhorce y Fahala y que tanto le gustaba disfrutar a Jesús Alejo García Ortega.

          Él es, de muy joven, el que  aparece a horcajadas sobre el lomo de una vaca uncida al ubio de la carreta (foto nº 1) y, en la foto nº 2, llevando a uncir a la misma vaca.

          Alejo Jesús García Ortega (“Alejo García”)  periodista famoso: Tiene Alhaurín el Grande una virtud noble y diferenciadora: Que sabe honrar a sus hijos ilustres, lo cual,  honra también al pueblo y a sus gobernantes. Como debe ser en gentes bien nacidas.

          Hace muchos años entré a comprarme un purillo, en un Estanco de Calle Monte de Oca en Málaga, que resultó ser de la madre de Alejo García. Allí me llevé la alegría de encontrarme con él, y cuando supo que yo buscaba un libro especial (“Memorias de un reclamo” escrito por un laurino, Juan Vazquez del Río y desarrollado todo su argumento en “el lugar”: un reclamo de perdiz que cuenta las cosas que ve en su pueblo),  Alejo me dijo: “No lo busques en Málaga, está agotado, yo te lo mando desde Madrid...” Cuando escribo esto, tengo ante mí tan entrañable tomo.