>Si enconado está a nivel
nacional las prestaciones sanitarias para las clases más desfavorecidas e
inermes, parados y pensionistas, peor lo tenemos quienes necesitamos servicio sanitario en Cártama. Empezando por
la desvergonzada tomadura de pelo a toda
una comarca que se trae la corrupta cúspide
de la Junta de
Andalucía y bajo cuerda concomitantes de
acá, léase Plataforma Pro Hospital
Comarcal que intenta sacar rédito
político y electorero de la desgracia de los más débiles y, alcaldes del entorno insolidarios con los de
Cártama, y con ésta dentro del mismo marco geográfico, en un problema económico al respecto que atañe a
todos los futuros beneficiarios del Hospital Comarcal cuya terminación vemos muy en lontananza,
por la negligencia y pancista laya de
los políticos que manejan este “affaire” de tintes tercermundista. No es
casualidad que en España, y en especial en Andalucía, se escribieran las obras
maestras de la literatura Picaresca como Rinconete y Cortadillo, el Lazarillo
de Tormes, Vida del Buscón don Pablo y
la madre que nos parió.
>Siguiendo con el mismo tema, y
ya a nivel cartamitano, los enfermos que
han de acudir desde Cártama al Hospital Clínico carecen de dignos medios de traslado al mismo salvo aumentar la ruina
del copago con 30 euros y 30 euros vuelta, pese a existir una distancia
intermedia con magnífica carretera de sobre 17 kilómetros .
Llevamos años reclamando que los autobuses que hacen el servicio a Málaga y
viceversa cada hora, arbitren una formula que no sea solo la rabiosa obtención
de beneficios comerciales, tan alambicadamente que les importa un cojón
la salud pública y pasan de largo por el
Hospital sin escala en él. Y ello, con la anuencia más o menos ostensible de
los responsables que están llamados a velar por los intereses de quienes les
votaron a nivel provincial: PP y PSOE.
>Para más desconsuelo y angustia vital, el inane de
Rajoy y su equipo se cagan en sus palabras e incumplen sus promesas, entre
ellas la de que jamás pondría el copago de las medicinas, y, el muy puto intelectual
implanta una ley de copago que no solo dificulta la digna terapia de enfermos,
sino que, de seguro, el estrés
que inevitablemente ello produce va a agravar
las enfermedades.
>Ya se que los calificativos
que el arrebato ante tan
flagrantes injusticias se escapan (quedándome corto, por supuesto)
producirá rajamiento de vestiduras en algunos puritanos cagachines de lo
políticamente educado que, encima de robar al pueblo, o contemporizar con ello,
quieren que éste sea educado con los tales, como si fuera menos grave la
felonía que la necesaria respuesta a la
misma. Nos vienen a decir que se puede robar democráticamente pero, ¡cuidado!, no llamar ladrón al que roba, ni embustero de
siete suelas al que miente, etc, porque en tal caso le caerá encima todo
el peso desigual de la ley que hemos dictado los “políticos”, en forma
de embudo. En una palabra: España no tiene arreglo.