sábado, 21 de septiembre de 2013

SUMIZOS LÁZAROS E HIDEPUTAS EPULONES

                        
                                           Alegato aparecido en  Faceebook.

No son 425.000, sino 450.000 políticos,  cónyuges, prole, conmilitones y la santa madre que los parió, comiendo del erario público, o sea, un  político y alátere alícuota  por cada 100 habitantes. La más sutil y férrea dictadora conocida. Con la mitad de habitantes  que Alemania, tenemos el doble de políticos.

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Primero hacen una ley limitando radicalmente el poder adquisitivo de percepciones  a parados, trabajadores y pensionistas.  A la semana siguiente, otra  ley de copago de las medicinas  en cuantía inasumible para cientos de miles de personas; no se puede ser más hijos de puta; por supuesto, honorarios, las madres son todas buenas.

Oigan, pésimo fue Zapatero, pero más refinadamente crueles y asesinos con los más débiles  (en la segunda acepción del término asesino; véase el diccionario) son el desalmado Rajoy y su pandilla de apesebrados. ¿Callar encima?. ¡No!

Visto esto ¿a quién no  le viene a las mientes los Bárcenas, los  Curte, los ERE, los Chaves, Griñán (este último recién escapado de la jueza Alaya por las cañadas) y,  Valderas quien, sobre el sabido episodio del piso subastado a un vecino amigo en paro que él, pese a su ley antidesahucios    compra a precio de ganga, ahora, para más énfasis marxista el tío cafre (¿comunista...?) y dice en los medios con toda su cara de cemento armado que él, el ilustre butanero de antaño, hoy reciclado a presunto bucanero de la alta política,   no se baja el sueldo mientras no haga lo mismo  Botín, presidente del Banco Santander. O sea, que los políticos, incluso los comunistas, quieren ganar igual que los banqueros. Qué hijos de puta (siempre honorarios porque  todas las madres son buenas).

 Y, a estos cabritos de toda laya política que han hundido a España robándola a mansalva, no les da dolor de corazón  cargar el crac que han ocasionado a las espaldas de los más débiles.

Una ley tan maldita, que  es el  último machetazo a la clase media creada por Franco  (y no es que alguna vez, oiga,  yo fuera franquista como tantos  socialistas de hoy)   base de la democracia e institucionaliza  la insolidaridad del agravio comparativo del rico contra el débil.


Dos leyes concadenadas al mismo fin contra  millones de españoles que les puede ocasionar somatizaciones por angustia y estrés  lo que, paradójicamente,  requerirá más gasto de medicamentos (más ingresos por vía  de dolor y desgracia del pueblo pobre  en las arcas del Estado a disposición de las garras de los políticos) aunque más de uno, como está sucediendo ya, podrían  de esta perra vida al otro barrio, y no al Senado a ganar otro  sueldo más como Griñán y Chaves, etc. etc. ¿Y encima callar? ¡Que va....!.

 Mañana mismo hablaré de lo que, según nuestro alcalde en Factbook, la presidente del PP cartamitano ha opinado de unos jóvenes que en el pleno del jueves pasado pidieron la permanencia de la  tradicional y social feria de septiembre en Cártama. De ser ello verdad (que en Leonor no me extraña), es simplemente vomitivo.  Y no es que a mi me guste acusar subjetivamente las flagrantes contradicciones,  como política y como persona, de Leonor, es que, Leonor, empíricamente es así: una traidora mentira con dos patas, cual Rajoy. Esta, como el caballo de Atila, en donde pone los cascos no vuelve a nacer la hierba. Así en su pretérita gestión  como alcaldesa  y en el seno de la  familia en que está incardinada por nupcias, en la que con otras dos del mismo pelaje (María Gómez Paizál, esposa de José Baquero Luque y la que se llama Encarnación..., esposa de Antonio Baquero Luque) sembraron la discordia y no ha vuelto a nacer  la hierba bendita de la paz. ¡Que dolor...! ¿Que mezclo temas? La verdad oportuna e inoportunamente, como dijo el guerrero de Dios, San Pablo, y, Simón Bolivar el Libertador de Iberoamérica: "Con la verdad ni temo ni ofendo