viernes, 7 de febrero de 2020

EL ABUELO Y LA VIRGEN







Mi abuelo paterno, mi padre y yo de quienes aquí  escribo, con perdón. 

             Un  lluvioso día de septiembre, Frasquito Talento, mi abuelo paterno    (así le llamaban todos los vecinos del viejo municipio de  Cártama), cargó en un mulo, por cierto  prestado  ---sus bestias las tenían sus hijos en la besana haciéndoles de arar, --- los capachos con  frutos de su huerta cuya venta le urgía  por ser  mercancía  perecedera y llevar tres día cogidos esperando que el temporal amainara.  

              Se encaminó el abuelo con el mulo cargado al mercado de  Málaga para vender las verduras que a ello llevaba; al llegar a Zapata, e intentar cruzar el Puente del Rey sobre  el Guadalhorce,  éste iba crecido por el temporal de lluvias y, su caudal, sobrepasaba el puente en  un cuarto de metro; en su comedio, el mulo metió  uno de sus brazuelos en un boquete que había abierto la corriente,  quedando inmovilizado a merced de los elementos, y  el río cada vez iba creciendo  más.  Cuando, aterrado, Frasquito Talento pedía socorro, se le apareció entre las brumas del temporal una mujer enlutada que le dijo: "Labriego, tranquilo, que  cinco hombres arrengan  en aquella choza vienen ya para acá  a ayudarle a salir de su apuro..."  

             Llegaron esos cinco hombres de aspecto labriego y, casi en volandas, pusieron al mulo y al abuelo  Frasquito en la otra orilla del río.


            Cuando  Talento intentó dar las  gracias, ya petaca en mano para echar un cigarro con  sus salvadores, éstos no estaban y, jamás, pese a sus pesquisas y gestiones, pudo saber  quiénes eran ellos y  aquella enigmática señora enlutada. 

             Lo que más  alegró a aquel hombre de bien, fue  que salvaran al mulo, pues se lo había prestado  un amigo. ¡¡¡Quietas lágrimas..., cómo recuerdo al abuelo!!!

            Cuando de atardecida volvió a su casa, mientras guardaba el dinero de la venta de los frutos en un “ceretillo-caja” de cogollos de palmas, Frasquito  contó a su mujer, María Vargas Franco, el suceso de aquella mañana


            María,  sobrecogida, envió a sus cinco hijos varones y algún yerno a preguntar y averiguar por los campos de Churriana y Zapata quienes podrían ser aquellos hombres y aquella misteriosa mujer enlutada pero, ni rastro de ellos y, tras un cierto tiempo de comentarios por el pueblo, todo quedó en el más profundo misterio. 

              Rememorando el singular suceso,  se conserva hoy en el museo de la Virgen de los Remedios de la Iglesia Parroquial de Cártama, un dosel para el púlpito que el matrimonio regaló a La Virgen, por los muchos favores que Ésta les había hecho bordado con sus nombres.
      Resultado de imagen de Virgen de los Remedios de Cártama
                Era sabido en el pueblo la profunda fe en la Virgen de los Remedios que profesaba Frasquito Talento y todos sus doce hijos e hijas, y yo,  lógicamente se de oírlo una y otra vez en casa  que, aparte del extraordinario hecho que aquí comento, él y sus hijos, y mucha gente coetánea que conocieron los hechos que le sucedieron a  Frasquito Talento tenían como intervención medianera de nuestra Patrona cartameña. Era mi abuelo barquero del río guadalhorce y, éste en una de sus voltarias riadas se llevó la barca de  Frasquito Talento hacia el mar con él dentro, pero "miré a la Ermita y le pedí a ella que me salvara" y la barca se paró un momento  al cruzar un meandro al tropezar con el tronco de un enorme chopo, lo que aprovechó el cuitado para cogerlo y gatear al ramaje en donde pasó una noche amarrado con su corre a una rama por si con el cansancio se dormía y podía caer a la turbulenta corriente del río. A la mañana siguiente sus hijos, cogidos de árbol en árbol con largas coyundas lograron recuperar a su padre. ¡Quietas lágrimas que no me dejáis  escribir  lo que mis oídos tantas veces oyeron de mi familia...!

                 Uno de sus hijos, también llamado Frasquito Talento (mi padre), lo recogieron con 21 años  para hacer la mili en la guerra  de Marruecos; lo incorporaron  a una compañía de suministro con mulos de vituallas a la línea de fuego en el frente del Rif. En una hondonada entre montes los moros  le hicieron una emboscada y mataron a los cien soldados que  componía  la compañía; mi pàdre y otro soldado se fingieron  muertos y antes que los sarracenos llegaran a ellos  degollando a los moribundos,l mi padre y  compañero emprendieron  veloz carrera y solo llegó a presentarse al teniente  de otra compañía ( Cuesta Monereo) mi padre por al otro soldado durante la huida lo mató una de las balas que les llovían. En casa de mi abuelo siempre, y con especial interés durante la estancia de su hijo en África, le rezaban tras la cena a la Virgen toda la familia reunida alrededor de la mesa y,  le pedían (cómo no) por su hijo soldado.

               EL púlpito era una joya de mármol blanco, que a la Virgen regaló el dueño de la Finca Almotaje y también del cortijo Molino Carvajal, Exmo. Sr,  don José Carvajal y Hué, que fuera varias veces ministro. CONTINUARÁ