miércoles, 4 de marzo de 2020

EL ALMA DE LAS PALABRAS


Resultado de imagen de LA ARAUCANA
                               
 Destripábamos antié, no más, los entresijos semánticos de una palabra  de nuestro idioma, otrora de uso popular, con promesa de abordar otra voz del pueblo, lo cual hacemos hoy con la voz  “BALANDRÓN” ,  que se nos antoja de coherencia  tenerla en el carcaj por si viene a pelo, dado el contexto político,  echar mano de ella en algún escrito.


“Balandrón:  Fanfarrón y hablador en tono  bocazas, que siendo cobarde hace alarde de lo contrario; valentón de garlito y tugurio  (traficaERE, diríamos), que presume de guapeza (moral) y  bravura de gallinero. Alonso de Ercilla en su épico poema, LA ARAUCANA (en donde allá en el siglo XVI  ya hablaba de Cártama en América), emplea el palabro en este sentido:


Sus armas lo dirán, y no razones,
Que son de jactanciosos baladrones…


Y  Quevedo en el  XVII, que en vida real  había tenido que habérselas con más de un representante de esta especie, escribe en Cuento de cuentos: < el menor era vivo como una cendra y amigo de hacer tracamundanas y, balandrón”.  


Cuando uno lee obras tan insignes como las que he citado, y en el  propio Quijote,  palabras que en mi niñez aún  usaban los labriegos amados de mi terruño, se me hacen harina candeal  los entresijos. Si  aunque sea un solo amigo me pone un “me gusta”, daré por muy bien empleado el tiempo que he dedicado en redactar este comentario.