lunes, 1 de junio de 2020

Sr. PEDRO DUEÑAS (ESCRIBIDOR)


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                 Teniéndome aún en el vientre, una de las virtudes  que me infundió mi santa  madre fue la del  amor a la verdad y, a ella he me he atenido en todo acto de mi vida (¡y tú lo sabes!) y, hoy, al hablar contigo por teléfono y decirte yo que el templete de plata de la Virgen que actualmente tiene para ser paseada y expuesta,  fue regalo de José González Marín quien, para pagarlo a plateros cordobeses se desgañitó en una larga turné de recitales por  la Andalucía ya nacional, en sesiones de tarde y noche  echando al aire una y otra vez los versos de  Machado, Lorca ---en plena guerra tenía los huevos de recitarlos igual que los de Alberti, comunista (Lorca era de derecha y católico), Pemán, Carlos de Luna, Juan Pedro Domecq, Juan Ramón Jimenez (La cojita, El niño pobre, Platero y yo, Las carretas: “Ya vienen las carretas, camino de Pueblo Nuevo,  lo han dicho el pinar y el viento…”)--- etc.etc.

                Y tú me opusiste con intolerante  insistencia que el trono, o templete de plata, de antes de la guerra no había desaparecido durante  ésta, que tu lo había visto en el Coro alto junto al armonio que hay allí. Me pusiste por embustero  mintiendo tú, sin serlo yo. Pedro, ¡¡¡¿Tú también…?!!!.

                Me has puesto en la insoslayable necesidad de (no lo he querido nunca ) publicar adjunto  uno de los informes  que existen de lo que hicieron las izquierdas en Cártama durante  el periodo frentepopulista   con respecto a la Iglesia y Ermita (Me reservo lo que se hizo con las personas).  No hablo más, que hablen los documentos elocuentes que adjunto, por  si alguien quiere  leerlos, porque aquí opináis según ocurrencias e intereses personales, banales y mezquinos sustentados en el amor propio.

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NOTA: Son documentos trabajados por mí y por eso está subrayados, perdone el lector.





Si hubiese tenido el de plata González Marín no habría encargado este a Paco Palma (hijo) urgentemente para pasear la VIrgen después de la guerra. ¡Un poco de seriedad historiográfica, por favor y no  se engañe a los lectores!