A Su Majestad, doña Sofía
Reina de España
Palacio de la Zarzuela- MADRID
MAJESTAD, RESPETUOSAMENTE, MIS RAZONES:
Por las razones que a continuación se expresan ---por favor, off the record, por fundado temor a represalias (la
cuestión que aborda este escrito tiene
tales visos contra una figura eximia que murió hace 50 años, así como suena)---,
no he tenido inconveniente en
ceder, a fines de equidad y esperando sean salvaguardados los derechos
de autor, a miembros de la Corporación Municipal
de Cártama este borrador del “II Capítulo” de mi libro, a punto de finalizar su
redacción, intitulado, “El Juglar y la Virgen Peregrina”:
El
Diario Sur de Málaga (5-11.08, página, 7), recoge la noticia de que la Junta de gobierno del Ayuntamiento de Cártama (no el Pleno
reunido en sesión al efecto, como correspondería en puridad), ha acordado que
el nombre de “José González Marín”
que, desde su construcción en 1.942
ha llevado el Teatro-Cine de la localidad, sea sustituido a partir de ahora por el de “Reina
Sofía”, con el pío propósito de cohonestar así una flagrante tropelía histórica en aras de
fines políticos clara e inconfesablemente sectarios y, ostensiblemente, de espaldas al sentir mayoritario del pueblo.
Por
supuesto, todos los cartameños tendríamos a mucha honra y orgullo que una
institución de Cártama llevara el nombre de Su Majestad, la Reina doña Sofía, pero,
lógicamente, también lo estamos, y
mucho, que el Teatro-Cine del pueblo
lleve desde su construcción en 1.942, el del insigne cartameño de fama mundial,
“José González Marín”. Y así, en
justicia mínima y criterio coherente, espera Cártama entera que siga. Hay muchas maneras de honrar a nuestra Reina,
y así debemos hacerlo siempre por sus innegables merecimientos humanos e
institucionales pero, no como fruto de manipulación nominal e institucional
para afrentar, irremisiblemente, la memoria del hijo más preclaro de un pueblo,
en esta caso Cártama, y sin lugar a duda, repetimos, con proyección universal.
Como se puede
comprobar por los testimonios de poetas,
críticos de arte, escritores, artistas, etc. coetáneos que se insertan en el
capítulo adjunto, José González Marín
creó un arte nuevo y noble, como fue el de sacar la poesía de los
reducidos cenáculos de
intelectuales, y llevarla,
magistralmente escenificada, al pueblo
liso y llano, dando así a conocer los
poetas de habla hispana por todos los rincones
de España y América.
Demuestran
una osadía desmesurada, pues, quienes
pretenden utilizar, nada menos que la
figura de la Reina
de España para, a su sombra concretar el
hecho coercitivamente, lo que, a todas
luces es, reiterémoslo, cuando menos un desafuero cultural. A José González Marín,
cartameño universal, le fue concedida
por la República
la Gran Cruz de Isabel la Católica, en virtud de
sus méritos al promocionar la cultura española por todos los escenarios del
mundo de habla castellana.
Mucha
más contradicción entraña el hecho de que, hace apenas cuatro o cinco años, la Corporación en Pleno
de Cártama acordara por unanimidad que el Teatro de la Villa, una vez remodelado
----no de nueva creación e implantación (he aquí la paradoja y la falacia) ---
siguiera ostentando el nombre del
preclaro artista cartameño. Debieran explicar los que hoy hacen semejante
propuesta a S. M. Real y al pueblo con la verdad histórica por bandera, cuales
son los verdaderos y recónditos motivos
de su cambio de criterio en relación a la nominación del coliseo local, cuando ellos según sabe todo el mundo,
estando en la oposición firmaron favorablemente el acta en que se recogía el
acuerdo por el que, tras su remodelación, seguiría advocándose, “José González Marín”.
Con
el mayor respeto y acatamiento, este autor se atreve a insinuar a Su Majestad, la Reina, sugiera a quienes quieren llevar a cabo tal
cambio de título, que a nadie beneficia por las reticencias que puede suscitar
(ya se dice por corrillos políticos que otra Corporación Municipal que siga a
ésta volvería de inmediato a restituirle
su legítimo título al Teatro cartameño), que mantengan, como es justo, el nombre
del personaje que lo inspiró, patrocinó y actuó en él. Es lo coherente y acorde
con nuestra historia local y, desde luego,
insistimos, con la nacional.
Como
se puede verificar en la página 74 de este capítulo-borrador del “El
Juglar y la Virgen
Peregrina”, González Marín gozó de la amistad de un
destacado miembro, en su época, de la Casa
Real Española, concretamente, de don Alfonso de Borbón, que
fue Príncipe de Asturias, quien compartió en tierras americanas con González
Marín vivencias de la gesta lírico
mariana de primera magnitud épica y
humana, que éste protagonizaba entonces (1.936-1.937), por aquellas repúblicas hermanas, cual fue
llevarse consigo en su gira artística, de año y medio, la Imagen de la Patrona de su pueblo
natal, Ntra. Sra. De Los Remedios, de célebre y dilatada tradición desde su
implantación como titular de la
Villa por los propios Reyes Católicos, escribiendo así, sin lugar a dudas, una de las cantigas marianas, real no
fabulada, más hermosa de toda la historia de España. Sólo por ello y por haber
unido el hilo de la tradición que por mor de la cainita guerra civil española
estaba partido en dos, merece el célebre rapsoda que sea honrada su memoria y
no, como sucede hoy, constantemente
flagelada por minorías de su propio pueblo al que tanto quiso y honró por el mundo,
hasta el extremo, de quedar Cártama inscrita, por él, en los poemarios de los
más celebrados vates y escritores coetáneos y posteriores. Véase al respecto
los testimonios que aparecen en las páginas 39 a 74 de este borrador del “II
Capítulo” del libro en ciernes antes citado. Existe en el museo familiar del
artista una bandera de España que el Infante don Alfonso de Borbón firmó en
Cuba al insigne cartameño.
Igualmente le
cupo al artista y hombre de pro de Cártama, el privilegio de ser recibido en
alguna ocasión por el Monarca, don
Alfonso XIII, del cual se conserva en su
despacho-museo una camisa que usara
el Rey, don Alfonso.
Esperamos que,
con las sucintas razones que se aportan, basten para evitar la tropelía
cultural e histórica que en Cártama se ha diseñado contra la memoria de uno de sus hijos más señeros a escala
universal. Consideramos que en manos de S.M. Real está el sugerir al grupo de
reducidos munícipes que intentan hacer tan inadecuada sustitución nominal, que sean más rigurosos y respetuoso con la
historia raíz de su propio pueblo, que
no es otra que la de una tesela significativa del mosaico de la de España.
Con todo respeto y acatamiento
El autor
Fdo:
Fco. Baquero Luque
C/ Juan Carlos I, nº 48-1º-11 Tf. 952 422341
29570-CARTAMA (Málaga)
La Reina Doña Sofía, ante el cúmulo de documentos fehacientes y leales, no del tenor de los del Alcalde y su grupo, denegó y, creo que enfadada por la utilización a que quisieron someter su Regia persona, denegó que a la Sala Teatral de Cártama se le pusiera su nombre.
Después, como no puede ser de otra manera dado la indigente ética de al menos gran parte del Grupo Socialista. Hoy y, de ello, se escribirá en este mi BLOGS cosas que llamaran la atención de un pueblo des afamado por culpa de sus propios políticos que los votó para cosas más beneficiosas que lo que están haciendo con sus gentes que les paga los sueldos que ellos mismo se asignan, sin contrapartida de gestión de recibo: No basta con hacer algunas cositas y lo más llamativo y presuntamente patológico obsesión compulsiva por retratarse publicitariamente, a lo Pedro Sanchez, su emulado superior que cualquier día lo hace Ministro de España. "Cosas veredes y, estamos viendo, amigo Sancho..."