sábado, 9 de abril de 2022

 

A Su Majestad, doña Sofía

Reina de España

Palacio de la Zarzuela- MADRID

 

           MAJESTAD, RESPETUOSAMENTE,  MIS RAZONES:  

 

               Por las razones que a continuación se expresan ---por favor, off the record,  por fundado temor a represalias (la cuestión  que aborda este escrito tiene tales visos contra una figura eximia que murió hace 50 años, así como suena)---,  no he tenido inconveniente  en  ceder, a fines de equidad y esperando sean salvaguardados los derechos de autor,  a  miembros de la Corporación Municipal de Cártama este borrador del “II Capítulo” de mi libro, a punto de finalizar su redacción, intitulado,  El Juglar y la Virgen Peregrina”:

 

         El  Diario Sur de Málaga (5-11.08, página, 7),  recoge la noticia de que la Junta de gobierno  del Ayuntamiento de Cártama (no el Pleno reunido en sesión al efecto, como correspondería en puridad), ha acordado que el nombre de “José González Marín” que, desde su construcción en 1.942 ha llevado el Teatro-Cine de la localidad, sea sustituido a partir de ahora por el  de “Reina Sofía”, con el pío propósito de cohonestar así  una flagrante tropelía histórica en aras de fines políticos clara e inconfesablemente sectarios y,  ostensiblemente, de espaldas  al sentir mayoritario del pueblo.

 

               Por supuesto,  todos  los cartameños  tendríamos a mucha honra y orgullo que una institución  de  Cártama llevara el nombre de Su Majestad, la Reina doña Sofía, pero, lógicamente,  también lo estamos, y mucho,  que el Teatro-Cine del pueblo lleve desde su construcción en 1.942, el del insigne cartameño de fama mundial, “José González Marín”. Y así, en justicia mínima y criterio coherente, espera Cártama entera que siga.  Hay muchas maneras de honrar a nuestra Reina, y así debemos hacerlo siempre por sus innegables merecimientos humanos e institucionales pero, no como fruto de manipulación nominal e institucional para  afrentar, irremisiblemente,  la memoria del hijo más preclaro de un pueblo, en esta caso Cártama, y sin lugar a duda, repetimos,  con proyección universal.

 

Como se puede comprobar por los testimonios  de poetas, críticos de arte, escritores, artistas, etc. coetáneos que se insertan en el capítulo adjunto, José González Marín   creó un arte nuevo y noble, como fue el de sacar la poesía de los reducidos cenáculos  de intelectuales,  y llevarla, magistralmente escenificada,  al pueblo liso y llano, dando  así a conocer los poetas de habla hispana por todos los rincones  de España y América.

 

 

               Demuestran una osadía desmesurada, pues,  quienes pretenden  utilizar, nada menos que la figura de la Reina de España para, a su sombra  concretar el hecho coercitivamente,  lo que, a todas luces es, reiterémoslo,  cuando menos  un desafuero cultural. A José González Marín, cartameño universal,  le fue concedida por la República   la Gran Cruz de Isabel la Católica, en virtud de sus méritos al promocionar la cultura española por todos los escenarios del mundo de habla castellana. 

 

               Mucha más contradicción entraña el hecho de   que, hace apenas cuatro o cinco años, la Corporación en Pleno de Cártama  acordara por  unanimidad que el Teatro de la Villa, una vez remodelado ----no de nueva creación e implantación (he aquí la paradoja y la falacia) --- siguiera ostentando  el nombre del preclaro artista cartameño. Debieran explicar los que hoy hacen semejante propuesta a S. M. Real y al pueblo con la verdad histórica por bandera, cuales son los verdaderos y recónditos motivos  de su cambio de criterio en relación a la nominación del coliseo  local, cuando ellos según sabe todo el mundo, estando en la oposición firmaron favorablemente el acta en que se recogía el acuerdo por el que, tras su remodelación, seguiría advocándose, “José González Marín”.                                                                                              

 

               Con el mayor respeto y acatamiento, este autor se atreve a insinuar  a Su Majestad, la Reina,  sugiera a quienes quieren llevar a cabo tal cambio de título, que a nadie beneficia por las reticencias que puede suscitar (ya se dice por corrillos políticos que otra Corporación Municipal que siga a ésta  volvería de inmediato a restituirle su legítimo título al Teatro cartameño), que mantengan, como es justo, el nombre del personaje que lo inspiró, patrocinó y actuó en él. Es lo coherente y acorde con nuestra historia local y, desde luego,  insistimos, con la  nacional.

 

               Como se puede verificar en la página 74 de este capítulo-borrador del  El Juglar y la Virgen Peregrina”, González Marín gozó de la amistad de un destacado miembro, en su época, de la Casa Real Española, concretamente, de don Alfonso de Borbón, que fue Príncipe de Asturias, quien compartió en tierras americanas con González Marín vivencias de la  gesta lírico mariana de  primera magnitud épica y humana, que éste protagonizaba entonces (1.936-1.937),  por aquellas repúblicas hermanas, cual fue llevarse consigo en su gira artística, de año y medio, la Imagen de la Patrona de su pueblo natal, Ntra. Sra. De Los Remedios, de célebre y dilatada tradición desde su implantación como titular de la Villa por los propios Reyes Católicos,  escribiendo así, sin lugar a dudas,  una de las cantigas marianas, real no fabulada, más hermosa de toda la historia de España. Sólo por ello y por haber unido el hilo de la tradición que por mor de la cainita guerra civil española estaba partido en dos, merece el célebre rapsoda que sea honrada su memoria y no, como sucede hoy,  constantemente flagelada por minorías de su propio pueblo al que tanto quiso y honró por el mundo, hasta el extremo, de quedar Cártama inscrita, por él, en los poemarios de los más celebrados vates y escritores coetáneos y posteriores. Véase al respecto los testimonios que aparecen en las páginas 39 a 74 de este borrador del “II Capítulo” del libro en ciernes antes citado. Existe en el museo familiar del artista una bandera de España que el Infante don Alfonso de Borbón firmó en Cuba al insigne cartameño.

 

Igualmente le cupo al artista y hombre de pro de Cártama, el privilegio de ser recibido en alguna ocasión  por el Monarca, don Alfonso XIII,  del cual se conserva en su despacho-museo una camisa que  usara el  Rey, don Alfonso.

 

Esperamos que, con las sucintas razones que se aportan, basten para evitar la tropelía cultural e histórica que en Cártama se ha diseñado contra la memoria  de uno de sus hijos más señeros a escala universal. Consideramos que en manos de S.M. Real está el sugerir al grupo de reducidos munícipes que intentan hacer tan inadecuada sustitución nominal, que sean más rigurosos y respetuoso con la historia  raíz de su propio pueblo, que no es otra que la de una tesela significativa del mosaico de la de España.

                                                                    Con todo respeto y acatamiento

                                                                                   El autor

 

 

                                                                          Fdo: Fco. Baquero Luque

                                                                         C/ Juan Carlos I, nº 48-1º-11 Tf. 952 422341

                                                                          29570-CARTAMA (Málaga)

La Reina Doña Sofía, ante el cúmulo de documentos fehacientes  y leales, no del tenor de los del Alcalde y  su grupo, denegó y,  creo  que enfadada por la utilización a que quisieron someter su Regia persona,  denegó que a la Sala Teatral de Cártama se le pusiera su nombre.

 Después, como no puede ser de otra manera  dado la indigente ética de al menos gran parte del Grupo Socialista. Hoy y, de ello, se escribirá en este mi BLOGS cosas que llamaran la atención de un pueblo des afamado por culpa de sus propios  políticos que los votó para cosas más beneficiosas que lo que están haciendo con sus gentes que les paga los sueldos que ellos mismo se asignan, sin contrapartida de gestión de recibo: No basta con hacer algunas cositas y  lo más llamativo y presuntamente patológico obsesión compulsiva por retratarse publicitariamente, a lo Pedro Sanchez, su emulado superior que cualquier día lo hace Ministro de España. "Cosas veredes y, estamos viendo, amigo Sancho..."