sábado, 2 de abril de 2022

HÉROE, Y MILAGROS DE LA VIRGEN DE CÁRTAMA


Tía Antonia, el abuelo y  mi padre soldado en África en el año 1.921 cuando  el Desastre  de Anual  y, en una emboscada de los moros murieron  degollados toda su compañía: él se hizo el muerto y, cuando  vio la ocasión, escapó por pies  con otro compañero (los únicos que quedaron vivos de toda  la compañía de suministros con mulos  al frente, fue él y otro compañero que también corrió como  él, pero, en la carrera,  le alcanzó una bala "pácun"  en la cabeza y  murió en el acto.

 Mi  padre se presentó sólo  en un cuartel  mandado por el teniente Monereo, luego en la guerra civil, fue comandante  Jefe del Estado Mayor en Sevilla a las órdenes del General oriundo de Cártama,  Alarcón de la Lastra. Monereo   le escribió una carta (adjunta aquí) cuando supo por un ayudante de Cártama,  cómo mi padre se escapó por segunda vez de la muerte  cuando le daban el "paseo" para matarlo los milicianos frentepopulistas. Cuando  lo echaron abajo de uno de los coches que le llevaban  con once tíos armados preparados para hacer fuego contra él, dio una arremetida contra ellos que  les  asustó y corrieron un trecho hacia atrás, momentos  que aprovechó mi padre para como un felino correr sin que de las once bocas de que le persiguieron  dos kilómetros hasta ganar   la serranía de Almotaje,  le acertara.  Pienso relatar  en libro entre otros hechos, este curioso suceso de su vida. 

Mientras mi padre corría para salvar la vida campo a través hacia la sierra, mi madre y una tía mía, Cayetana  (hermana de mi padre), conmigo y una hermanita más pequeña hincadas de rodillas ante un cuadro de la Virgen (Ella ya estaba salva allende el océano en las Américas del brazo de su juglar y  rapsoda, José Gonzalez Marín), pidiéndole que salvara a mi padre la vida; Ella las escuchó como a los dos niños que también le pedían lo mismo sin saber ninguno de los cuatro que estaba pasando con mi padre.
 Mi abuelo, en acción de gracias por lo de África,  que siempre tuvo por un milagro, le  regaló  a la Virgen de los Remedios, de la que mis abuelos eran fieles devotos, un dosel bordado que se conserva en la vitrina del Museo de la Virgen de los Remedios en la Iglesia Parroquial de Cártama.