viernes, 11 de junio de 2010

RAZONES DE UNA CANTIGA MARIANA CARTAMEÑA

En el siglo XIII, la sociedad estaba dividida en nobles y villanos, sumidos ambos estamentos en la más acusada incultura, lo que ponía en riesgo que la rica tradición cultural heredada de Grecia y Roma y que Hispania había asumido durante siglos, se perdiera. Era en los monasterios, alejados de las guerras y constantes algaradas bélicas de la época, en donde existía el sosiego y la paz necesaria para el trabajo intelectual, de tal manera, que fueron escuelas en donde los monjes enseñaban, ofrecían bibliotecas, escribían y custodiaban libros que, constituyeron un recuerdo de la cultura greco latina y un centro de trabajo donde se copiaban los manuscritos y se ofrecía el saber. Empero, estos monjes no vivían aislados: Tomaban parte en los Concilios, intervenían en las disputas doctrinales, en las justas literarias y, aparecieron en los Concejos de los incultos Reyes de entonces, cuyo único arte era el de la guerra; además, se mezclaban con el pueblo en las ciudades, en los municipios y en las aldeas predicando y consolando; sostenían, pues, los valores heredados y creaban arte, fundaban escuelas, enseñaban historia, filosofía, pintura, arquitectura, y, POESÍA. Esta poesía tenía por referencia la mujer y, cómo no, la Virgen María, lo que dio lugar a una corriente literaria que, nacida en el Monasterio de San Millán de la Cogolla en la Rioja, se conoció, y se conoce, como, "Mester de Clerecía". Entre los poetas del Mester de Clerecía, despunta Gonzalo de Berceo, primer vate que empleó, tras el latín, la lengua romance, de donde se derivaron el castellano, el catalán y otras lenguas dialectales de la actualidad.

Este poeta, y otros del siglo XIII y siguientes, cuales Alfonso X "El sabio", Juan del Encina, Marqués de Santillana, etc, utilizaron un género poético que por su temática de exaltación a la Virgen María, se llamó "CANTIGAS", que eran narraciones de milagros, vidas de Santos, hechos extraordinarios atribuidos a la Virgen, salidos de la inspiración de cada poeta.

Pues bien, ha sido en el siglo XX, cuando un juglar émulo de los de aquellos tiempos, ha escrito la quizás más bella CANTIGA de toda la historia de España, y no literariamente imaginada, sino real, en carne y hueso: La gesta que el Juglar cartameño , José González Marín, llevó a cabo desde julio de 1.936, a finales de diciembre de 1.937 , al raptar la imágen de la Patrona de su pueblo, Nuestra Señora de Los Remedios, y llevársela consigo a la grupa de las olas por todas las repúblicas, ciudades y pueblos de iberoamérica en un peregrinar de poesía y amor. Él mismo, en el poema que arriba se recoge, dictado por su propio numen, de forma sucinta y elocuente nos explica los motivos que le movieron a semejante epopeya MARIANA.