La historia, según Pío Baroja, “es siempre
una fantasía sin base científica, y cuando se pretende levantar, invulnerable a
la razón y a la realidad de verdad de los hechos, un tinglado y colocar sobre
él una consecuencia interesada, se corre el peligro (como empieza a suceder ya
con nuestra incivil guerra y periodo posterior derivado de ella) de que un dato cambie y se venga abajo toda la armazón
histórica”. Esto último empieza a sucederle a los temerarios historicidas que han querido escribir la reciente
historia con aparatosas distorsiones
interesadas.
La
misma Historia los está dejando en la más flagrante de las contradicciones, lo
cual constituye una enorme culpa por haber sembrado en el ánimo e intelecto de
las generaciones (incluso desde la escuela) una película historiológica plagada
de secuencias falaces, en aras de ideologías concretas. Eso es un crimen de
lesa realidad histórica.
La historia es la historia, monda y lironda y, si se le maltrata y amaña,
termina vengándose. A veces, y es lo grave, repitiéndose en carnes inocentes. Aducía C. Seé: “Dicen que la historia se repite. Pero lo
cierto es que sus lecciones no se aprovechan” Este vicio lo comprobamos hoy en no pocos grupos políticos.
Es de tener en cuenta que de nuestra "incivil" guerra y del la posterior régimen salido de ella, es de la guerra y del régimen que más se ha escrito de
todas las guerras del siglo XX. Bibliotecas temáticas por decenas y miles de libros. Por ello, resultaría atrevido en extremo no sustentar en documentos fehacientes cuanto relacionado se escriba, se hable o se difunda hoy, abierta o subliminalmente, por los medios afines a dichas ideologías más o menos concretas; las falacias, tarde más o menos, serán puestas en entredicho por los historiadores serios.
Franco y su régimen duraron cerca de cuarenta años y, él, murió en la cama. No obstante, ni Franco ni ningún otro gobernante está por encima de la Historia; tampoco son tiempos de juzgar a nuestros padres y abuelos, sino de comprenderlos y compadecerlos, porque se vieron metidos en una vorágine de muerte, hermanos contra hermanos, y, a veces, hijos contra padres y viceversa. Lo digo porque lo vi.
Franco y su régimen duraron cerca de cuarenta años y, él, murió en la cama. No obstante, ni Franco ni ningún otro gobernante está por encima de la Historia; tampoco son tiempos de juzgar a nuestros padres y abuelos, sino de comprenderlos y compadecerlos, porque se vieron metidos en una vorágine de muerte, hermanos contra hermanos, y, a veces, hijos contra padres y viceversa. Lo digo porque lo vi.
A continuación inserto unos documentos que
estimo de excepcional importancia en estos tiempos de corrupción total que asfixia
a España. Se trata de un análisis (opinable, por supuesto) que de su época hace el propio
Francisco Franco en una larga entrevista que le hicieron para la prestigiosa revista, Blanco y Negro, en
el año 1.974. Dios me libre de hacer alguna apreciación de valor sobre el contenido de dicho texto, al que sólo doy el valor de un documento histórico de excepción. Que juzgue el lector por sí mismo (no se hace aquí, insisto, una apología, ni mucho menos, del personaje histórico a que nos referimos) y, que él saque sus propias conclusiones:
NOTA:Lamento que al ampliar los textos tampoco sean fácilmente legibles. No soy técnico en informática, todo lo contrario. Veré la forma de subsanar este problema. Perdonen