Aunque siglos cinco de unidad lo anularía de haberlo sido, Cataluña nunca fue independiente.
A despecho
de la ley D¨Hondt y de otras electoreras leches aritméticas, la realidad de
verdad sobre el “affeire” Cataluña-Mas, reduciendo la ecuación a su mínima expresión, es que Cataluña tiene 7.500.000 habitantes y, de ellos, sólo 1.800.000 son, o dicen ser (habría que ver el
porqué), separatistas; o sea, un 24% mal contado.
Y tiene coña marinera que un
descerebrado y “esnortao” (más ha insultado él a los españoles), a la grupa de
este endeble ratio, contra la historia, la ley y la razón, traiga en jaque a toda la noble España
(Cataluña de todas a todas incluida). Y
también porque un presidente del
gobierno central no haya movido
enérgicamente un dedo para disuadir al loco de su locura. Pero sí
ha sumido con su bobalicolanería consuetudinaria al 75% de catalanes pro constitucionalistas en la
indefensión y complejos ante un puñado de arrogantes vividores arruina patrias.