miércoles, 16 de septiembre de 2015

RECORDANDO A MI AMIGO MATÍAS PRATS

                                      
 Resultado de imagen de Matías Prat
 Radiando los toros en la feria de  Málaga

            De la categoría humana y cualidades profesionales de Matías  Prats, muerto hace un tiempo  a los 90 años de edad, han hablado todos los medios  y le han dedicado justos encomios y semblanzas los más acreditados periodistas, artistas, escritores, etc,  de España. Por mi parte, pues, y ya que tengo a mi disposición este medio comarcano, cumple sólo dedicarle un humilde homenaje de gratitud por la amistad que desde  hace muchos años me dispensó, alimentada al principio en la casi cotidiana  relación, y, zurcida últimamente, tras muchos años de distancia física, de la forma que paso a enumerar.

            Lo conocí,  allá por el año 1.940,   en el comercio de aparatos musicales, discos y  radios que Rodolfo Prados tenía  en la malagueña calle Larios, o quizás en calle Martines. Tenía yo  unos trece años, y aquel día acompañaba a Pepe González Marín a su frecuente entrevista con el locutor.

 Le seguí tratando con frecuencia  mientras estuvo en Málaga de locutor en Radio Nacional, unas veces cuando  me desplazaba a la capital y, otras, cuando él lo hacía a Cártama a casa de González Marín, que solía  piropearlo diciendo de él :          “ Cuando Matías habla, su sola voz  tiene mayoría  absoluta ”.

  Hará 20 años, cuando en  Antena Tres Televisión  comentaba  una corrida de rejones, resultó que  un caballo de uno de los rejoneadores se  llamaba, precisamente, “ Cártama ”. Los sabrosos comentarios adicionales con que Matías Prats solía siempre  guarnecer el acto concreto  que radiaba o retransmitía por televisión, ya fuera boxeo, fútbol o toros, en aquella ocasión, y aprovechando el  nombre del caballo, fueron para Cártama; con especial y patente emoción, para recordar al amigo,  Pepe González Marín.

 Le llamé por teléfono para agradecerle, como cartameño, el cariñoso encomio que desde las ondas televisivas había hecho de Cártama y de  su ilustre hijo. Recordamos tiempos pasados, y, con ostensible nudo en la garganta, me manifestó:        “ Dile en mi nombre  a las gentes del  pueblo de Cártama, que lo que están haciendo con la memoria de su universal paisano es un crimen de lesa gratitud ”.

 Cuando en 1.987, le pedí  un testimonio sobre nuestro artista para insertarlo en la parte que  me correspondía escribir  en el libro “ El Faraón de los decires  ( Biografía de González Marín) ”, recordó lo que con ocasión del caballo “Cártama” me había dicho, e insistió: “ No te autorizo a decir en mi nombre otra cosa; se valiente y di eso en defensa de la memoria de nuestro amigo muerto”. Fue testigo de esta conversación, Pedro Dueñas, otro de los autores (con José Luís Jiménez), del citado libro. Por ser un   tomo y autoría compartida, no me pareció oportuno  incluir en él tales palabras de Matías Prats. Hoy, y después de otra generosísima deferencia que por mediación mía tuvo con Cártama y que a continuación amplío, he querido cumplir su deseo. Dicho queda: "lo que se está haciendo en Cártama con la memoria de nuestro universal paisano es un crimen de lesa gratitud".

 Hace cuatro años, con ocasión del Primer Certamen de Rapsodas, González Marín,  conjuntamente con otro común amigo ( Pepe Gallardo), pedimos  al entrañable locutor, que entonces veraneaba en Marbella, concediese una entrevista filmada al Ayuntamiento de Cártama para pasarla durante la celebración de dicho Certamen. Me contestó : “ Hombre, cómo no, pidiéndomelo quien me la pide y, para hablar de quien vamos a hablar... ”. Matías Prats y su señora nos recibieron con exquisita amabilidad. Él,  estuvo hablando durante una hora ante la cámara del Pepe González Marín amigo, artista genial y hombre bueno que fue. Me acompañaban la entonces concejala de Cultura, Remedios Vargas y mi amigo, Antonio Fuentes Franco.

Dicho sea de paso, por petición mía, mi entrañable amigo el escultor, José Mª Palma, regaló al Ayuntamiento de Cártama "La musa" (estatuilla de madera que hizo ex profeso para el Certamen de Rapsodas Internacional para  regalo físico a cada interviniente, aparte del premio en metálico a los ganadores.  Muchos beneficios desinteresados he deparado a  lo largo de mi vida a mi Ayuntamiento y jamás he deseado gratitud alguna ni contrapartida por ello. Pero sí me embarga la amargura cuando sufro una insidiosa persecución de la entidad, entre otros a través de su Cronista y amanuense oficial contra mí y mis libros, por el delito de amar a mi pueblo y actuar en consecuencia durante una vida de 84 años.


 Matías Prats fue también un poeta. Como tal hizo sus primeros pinitos literarios. Por ello, al hablar al final de dicha entrevista   de la genial interpretación que nuestro recordado Pepe González  Marín hacía de algunos  poemas de Juan Ramón Jiménez ( pasajes de “ Platero y yo”,    “ La cojita “, “ El niño Pobre”, “ Las carretas” etc ), al citarle, ya en la puerta despidiéndonos, el soneto          “ Octubre” del mismo autor, ambos recordamos y rendimos un último homenaje al amigo lejano en el tiempo y cercano en el recuerdo, Pepe González, recitando al alimón dicho poema.


También Matías Prat  fue un amigo bueno, no un buen amigo; no es lo mismo.