domingo, 11 de agosto de 2013

A MI AMIGO FERNANDO BRAVO, HOY POR HOY





Ha mucho que conozco a mi inquieto amigo, Fernando Bravo. Hubo un tiempo en el que solía visitar mi casa  casi dos veces en semana y debatíamos de temas históricos, y sobre todo, arqueológicos, su especialidad empírica. Ahora anda por otros andurriales; pero yo sigo sus aportaciones  en  Feibook.


Su última aportación ha sido una incursión  en la poesía del vate y político cubano, José Marti, uno de mis poetas de cabecera. Reza así el poema que  invoca Fernando Bravo:

Triste es no tener amigo,
Pero más triste es no tener enemigos,
porque quien enemigos
no tenga, es señal de que no tiene:
Ni talento que haga asombra,
ni bienes que se le codicien,
ni caracter que que impresione,
ni valor temido,
ni honra que se murmure,
ni ninguna cosa buena
que se le envidie.

Pero con ser este poema una norma de conducta a seguir por hombres de cuajo, el que hice mío en la medida que era pertinente, es este otro del mismo autor, que cito de memoria:

Conservo una rosa blanca
en mayo como en febrero
para el amigo sincero 
que me da su mano franca.
Y, para el desleal que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo,
cultivo: Una rosa blanca.