El autor con mi entonces novia, después esposa, camino del río a disfrutar de la festividad virgiliana del "Día de los canastitos"
Las fotografías que siguen, testimonios de una época pasada que nos remonta a gratos, y menos gratos, recuerdos, pero parte inseparable de nuestras vidas, no habría sido posible ofrecerlas aquí sin la deferencia y amabilidad de Pedro Hurtado:
Unas muestras, por miles, del entrañable ambiente familiar que en Santa Ana ("Día de los Canastitos") se vivía en el río, entonces abundante, limpio y cristalino, cuando la fiesta dejó de celebrarse en la Ermita de la Santa. por su derrumbe, al parecer durante un terremoto.
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1ª.- María del Pilar me insta a que le informe, dentro de mis
posibilidades, claro está, sobre Fernando Maldonado que da título a la calle
que enlaza la de Concepción --antigua “Hospital” (porque en ella estuvo éste a
partir de la reconquista de Cártama por los Reyes Católicos)-- con la de Juan Carlos I, para luego
continuar en la, hoy, Canónigo, “José Suárez Faura”, la cual, en 1.935 se
titulaba Francisco Fernandez
Pérez, ilustre personaje hijo de Cártama que estaba en posesión de la gran Cruz de Beneficencia y, al que su pueblo le hizo, al tiempo que Hijo Predilecto de la Villa , Hijo Predilecto de La Virgen. Este título dejó de
aplicarse desde que José González Marín,
pese a los patentes méritos para ello, lo rechazó alegando, en coherencia con
su formación cristiana, que para la Virgen todos sus hijos son iguales; “Para Ella no
hay acepción de personas”. ¡Qué buen señor...!
2ª.- Y, José M. Aguilar me pregunta sobre la Calle y Ermita de Santa Ana
y la antigua celebración en su honor llamada, "Día
de los canastitos".
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Antes debo aclarar algo para esta y otras ocasiones, de haberlas:
No soy un experto sobre los orígenes del callejero de mi pueblo ni en el
de sus nomenclaturas. Las nociones que barajo, me vienen como hijo
del pueblo que goza de luenga vida, durante la cual me he impregnado de nuestras siempre verosímiles y bellas
tradiciones orales, como también con prolijas y seleccionadas lecturas sobre las cosas
y el devenir del terruño que me nació.
En efecto, como por desgracia se ve acá diariamente con menos
base, a mí ello no me otorga
cátedra de nada. Desde cuarto de bachiller hice mío el prurito socrático: “Sólo
se que no se nada...”, y pese a ello, los envidiosos le hicieron tragar la cicuta.
El amor a mi lugar de nacencia y crianza está muy por encima del
conocimiento; como fruto de ese amor a mi pueblo, más que demostrado, he llegado a adquirir algunas nociones
de su historia e intrahistoria, tradiciones y leyendas. Es decir, solamente en
lo dicho, baso mi opinión y
celebro humildemente que ello pueda servir a mis consultantes. Así, pues:
A la 1ª pregunta.- Fernando Maldonado, de segundo apellido
Pareja, era hijo de Cártama, probablemente emparentado con la familia Maldonado
que otrora tuvo arraigo en esta villa. Fue alumno de la Universidad Central
y llegó a licenciarse en Derecho Canónico y Civil, profesiones que debió
ejercer con la suficiente brillantez
para merecer que su nombre titulara una de las calles de su pueblo
natal. Hasta aquí puedo decir. Otras, que
no son del momento sacar a colación, son las razones por las que el
célebre sabio benedictino, Padre Benito Feijoo, tiene otra calle en Cártama.
A la 2ª pregunta.- En este capítulo de nuestra historia e intrahistoria, la
tradición oral es más tozuda y concreta
en el sentido de que la advocación de Santa Ana, madre de la Virgen María , fue
instituida en datas, como mínimo anteriores a 1.668, Patrona de los labradores
de Cártama también lo es de otras actividades laborales, e incluso, de las
abuelas y, de municipios de España y América.
En su libro "ERMITAS
DE MÁLAGA (Compendio histórico)", Lisardo Guedes y Fernandez,
fraile e investigador, que lo fue del Archivo Histórico Nacional, y por último,
ordenador del Archivo Diocesano Catedralicio, con quien tuve el honor de hablar en varias ocasiones, con respecto a la Ermita de Santa Ana dice en
su citado libro, Ediciones Bobastro, 1.987, pag. 79:
“Antigua y de Patronato (1). Llegó a vivir con desahogo tal
que gozó de sacristán, presbítero y
tributa largo al real subsidio.
1689.- "La Hermita de mi Señora Stª
Ana con el Patronato de legos (2) a de pagar de Subsidio mil ciento setenta y
siete maravedíes"
13-X-1,717.- "Los Beneficiados y Cura de
Cártama dan noticias de auer muerto el Hermitaño de la Hermita de mi Señora Stª
Ana de dho. lugar y proponen a Francisco Ibañez para el empleo: Y se lo
mando despachar título” Y añade Lisardo Guedes: “Aunque de buen ver en
1.846, ya no llegó a ver ni pasar las
penas que alcanzaron a las existentes en 1.936” En esto yerra un poco el señor Guedes: Tras la guerra civil sustituyó al
anterior párroco (Juan Martín Serrano, asesinado durante la misma) el cura
ecónomo, Antonio Palomo, quien realizó un inventario de la parte del patrimonio
eclesial que había sido destruido durante la contienda incivil; informe que aparece íntegro en el libro “La
destrucción del `patrimonio eclesiástico en la Guerra Civil en Málaga y su
provincia” escrito por José Jimenez
Guerrero y editado por Argubal. En la página 479 aparece, estos datos de dicho
informe parroquial: “Las pérdidas de la imágenes fueron muy
importantes, la de Santa Ana del siglo
XVIII, de gran valor y mérito artístico,
de talla (se ignora el autor)...San Joaquín (esposo de Santa Ana y
ambos, obviamente, padres de la Virgen María )
verdadera obra de arte.
Sigue hablando Guedes de las otras seis
Ermitas que llegó a tener Cártama, todas cargadas de románticas y entrañables
vivencias de las gentes de nuestro pueblo.
(1 y 2). Sabíamos también por otras fuentes,
y por la fiable tradición oral multicentenaria, que la Ermita era de Patronato
de legos, o sea, seglares (vean el diccionario). Y, efectivamente, desde tiempo inmemorial, en
Cártama existe una gran devoción a Santa
Ana, razón previa, o posterior, por la
que el Patronato de empresarios
campesinos la instauró como su Patrona. También el consistorio le dedicó
una calle que aún perdura, ya prácticamente en el centro urbano.
En su diccionario histórico, Madoz dice
textualmente: “...otro sacristán hay para la Ermita de Santa Ana, lo nombran los patronos
y compatronos...” Las NN.SS. de
Planificación Urbana de Cártama dictadas en los años 80 del pasado siglo,
siendo alcalde José Escalona, recogen literalmente dicho dato de Madoz,
etc.etc.etc..
“El
día de los canastitos” Los
labradores tenían erigida una Ermita a Santa Ana, efectivamente en la cuesta de Coín, cabe la
carretera que va de Cártama a este vecino pueblo. Cada 26 de julio, día de la Santa , los niños del lugar,
acompañados de sus mayores iban a ofrecerle a la Patrona del campesinado
los primeros frutos de verano: En un canastito bellamente orlado por su madres,
éstas les metían un meloncito, higos, almendras, chumbos y, colgando fuera del
canasto, unos gajos de uvas (bien lairenes, moscateles o negras de parras,
según ocasión) y una pequeña rosca de pan; y allá se encaminaba por la tarde
una heterogénea romería de niños y mayores a rendir tributo a la Santa abogada de sus
“pujales” y cosechas.
A finales del siglo XIX, o principios
del XX, la Ermita
entró en ruina y la celebración de tan entrañable fiesta tenía lugar en el río,
con la ventaja de que entonces la gente podía bañarse en sus aguas siempre
abundantes y cristalinas.
San Ana, pues, era una advocación y
Ermita patronada en Cártama.
Es de cuanto, humildemente, puedo informar a mis amables lectores al respecto.