miércoles, 27 de marzo de 2024

 

ELEGÍA EN EL RECUERDO


                                                                                                                                                                                   Ensayando en la soledad

                                

Eran aquellos días y horas de zozobra

En los que  al cielo lo invadía

Un lento y  triste  son  de campanas.

 

El día gris  y la  melancólica hora

En la que pesándole ya su vida intensa

Se nos murió de perfil y en paz  el rapsoda.

 

A aquel hombre bueno nacido en Cártama,

Le conocí cuando tenía yo siete años

Y él, henchido ya de gloria, unos  cincuenta.

 

Fue el día que volvía tras su largo exilio

Por  la América hispana, con nuestra Patrona salva

De la furia iconoclasta  y, al verme que lloraba

Emocionado, me dio un beso.

 

Tras de sí dejó al morir una estela de silencios líricos,

La poesía se vistió de luto en  cuerpo entero

Y, los poetas sembraron de estrellas los caminos.

 

Mi alma siguió fiel a una amistad de dieciocho años;

Y con más fuego porque la amistad auténtica,  no muere

Mientras una de las partes aliente.

 

Nunca me sentí más sonámbulo

Que cuando apenado tras su cadáver

Recorrí  rezando el camino al Camposanto.

 

 

Pero, ¡qué mezquina llegamos  a ser la gente!

No han respetado la paz en que duerme  ya su gloria

Ni del bien que  en  vida  hizo  guardan memoria:

 

Legó  a la hoya gualhorzana su tradición

Mariana al salvar a la Patrona de Cártama

De la quema  a la que el Comité la sentenciara.

 

En el corazón de cada devoto y en la  realidad del tiempo

El nombre de José González Marín merece un altar

Y una decente recordación en justicia agradecida.

 

Pero no, ningunearon  su egregia estirpe artística

Porque, incluso muerto les hacia sombra

Creyeron tan ilusos e iletrados mamasopas.

 

Llenáronle, con obscuros fines,  de oprobios

Y hasta su nombre, a su  Teatro quitáronle

Que  sustituyeron con un inocuo topónimo.

 

¡Viles gentes Señor de la Templanza y la Justicia;

¿Por qué, entonces  permite el evangelio  este axioma?:

“Dios creó al hombre a su imagen y semejanza….”. ¡Qué misterio!

 

 Dicen que un grupo de cartameños

Llevados de su noble empeño

Van a instar en donde   proceda

 

Un gesto de justicia, sensatez, desagravio y

Restitución completa sin  mezquindad partidista

Porque, no podría ser de ninguna otra  manera.

 

Y tampoco es de echar en saco roto

A las gentes de los pueblos comarcanos

Que teniendo a Pepe González Marín por Hijo propio,

 

Cuando los de su pueblo de nacencia

Lo vituperan y ningunean, estos leales vecinos  cultos

Mantuvieron y mantienen viva la llama de su gloria.

 

Y nuevas calles le dedicaron, y libros escribieron,

Que en homenajes continuos le brindaron

Y aniversarios suyos con  esplendor celebraron.

 

El en puridad no debió nacer en Cártama,

Porque era un hombre del Orbe hispano

Sustanciados en tres continentes.