martes, 14 de septiembre de 2021

 

     RECUERDO EMOCIONADO DE UN ESPAÑOL ILUSTRE DE CÁRTAMA

La muerte del padre Emilio Cuevas Sanmartín, SI, de 94 años de edad, ocurrió en la enfermería de San Estanislao  de Málaga el 30 de enero de 2.018. Nadie en Cártama, su pueblo de nacencia,  evocó con tal ocasión la figura y valía de su eminente hijo.

Nació, pues,  en Cártama (Málaga) el 7 de abril de 1.923; a su muerte llevaba 76 años en la Compañía de Jesús y 61 de sacerdote.

Siempre llevó a gala el ilustre sacerdote cartameño (según su biógrafo,  Ignacio Maury Rodríguez-Bolívar, S.I,) haber nacido en Cártama y evocaba su infancia con aún más frecuencia. Tengo el inmenso orgullo de haber cursado mis primeras letras en la Escuela de don Francisco Romero en la que Emilio Cuevas era uno de los mayores alumnos. Le gustaba recordar que era paisano de aquel jesuita, encargado por el P. General de ir a las misiones guaraníes de la antigua provincia de Paraguay  para convencer a sus hermanos de la Orden que  se sometieran al Tratado de Límites entre España y Portugal, siendo reyes de España, Fernando VI y  su esposa portuguesa, Bárbara de Braganza. Era el P. Altamirano (véase mi libro,  Cártama histórica. El Juglar y la Virgen Peregrina”), un jesuita que en la película, “La Misión”, nos hicieron los cineastas  el regalo historiológico  de encarnarlo significarlo en dicha película famosa. Le tocó al padre jesuita cartameño, Pablo Luis Altamirano (aunque  en la  película lleva otro nombre)  que tanto protagonismo encarna en el célebre film la ingrata tarea de obligar a los jesuitas de las Misiones Guaraníes del Rio de la Plata a obedecer el  Tratado con Portugal y ceder todo el trabajo y labor con los indios guaraníes quechas  a este país que los utilizaría vendiéndolos como esclavos.  

Quiero recordar que,  Emilio Cuevas Sanmartín, era el penúltimo hijo del  singular médico oficial de la villa, desde que terminó su  carrera hasta su muerte, José Cuevas Fontalva, que tuvo cinco vástagos en este pueblo: Concha  (casada  con el maestro nacional en Cártama,  oriundo de Periana y,  un tiempo alcalde de ésta, Fco. Segovia),  Francisco, José, Emilio y la dulce Matilde quien, también, quiso, como su hermano Emilio, entrar al servicio de Dios y su Iglesia, como monja.

Cuando yo, con siete años (1.938),  entré en la escuela de Francisco Romero Martín de Cártama, ya cursaba primaria en ella, Emilio Cuevas quien,  en 1.941, se marchó a El Puerto de Santa María,  en cuyo noviciado jesuítico pasó dos años  y, cuatro, en el juniorado. Se trasladó  a Madrid a estudiar filosofía, para hacer después las prácticas de Magisterio en el Colegio Portaceli de Sevilla.

Siguen  cuatro años de teología en Granada, pasando después al Colegio San Estanislao (El Palo) de Málaga; después pasa a Las Palmas de Gran Canaria, ejerciendo su apostolado  en la Iglesia San Francisco de Borja y, en el Colegio San Ignacio, donde ocupó diversos cargos (según semblanza  que hace de él, el S.I antes referido, Ignacio Maury), fundamentalmente de Administrador de Comunidad y del Colegio. Simultáneamente es nombrado párroco de la Iglesia Ntra Sra. Del Atlántico y adscrito a otras.

El cartameño padre, Cuevas Sanmartín, tuvo una gran preocupación por los pobres y menos favorecidos en donde quiera que estuvo, destacando en él la sobriedad material en que vivía. Estas dos virtudes fueron los rieles de su vida.  Aún en Las Palmas, su salud se desmejoró ostensiblemente y, queriendo estar más cerca del recuerdo de  su  pueblo, pasa finalmente a la enfermería de Málaga, en donde muere en la paz del Dios, con la constante saudade de su pueblo de nacencia, en el que  quiso cantar su primera misa cuando se ordenó sacerdote.

No ha merecido el Reverendo,  fraternal e ilustre hijo de Cártama, Emilio Cuevas Sanmartín, S.I,  que pasó por la vida impartiendo el bien  y el amor entre los seres humanos, en especial entre los más desfavorecidos, el más mínimo recuerdo de su pueblo de natal. ¡Lo de siempre…!