No hace excesivo tiempo que, cada día, recorrían las calles del pueblo los llamados pregoneros; unos vendían quincallas, otros verduras, otros pescado, otros (en verano) chumbos, otro su oficio de "lañaor", el afilador (su pregón era singularmente musical, inconfundible: Utilizaba, y utiliza, un pito metálico a escala que emitía un son melancólico y llamativo, muy grato al oído que, aún, suele pasear las calles de este pueblo); el que vendía carbón, el que altramuces, el de los helados en su carrillo, etc.
No había otra manera de comunicar al pueblo consumidor las ofertas interesantes, y, hasta los edictos o bandos del alcalde, los voceaba el pregonero municipal de calle en calle y de esquina en esquina de la villa.
Se daban a conocer sucesos sociales cuales bodas, fallecimientos, aperturas de nuevos comercios, mediante pregones, con un corto discurso adaptado al analfabetismo de la mayoría de las gentes; las dimensiones de los pueblos, menos masificados que hoy, permitían fácilmente este sistema de marketing. Algunos pregones eran una auténtica obra de arte rimada.
He aquí algunos ejemplos de pregones, de entre los miles que se podrían invocar:
"¡Altramuces,
saladitos y dulces.
...
El lañaor: En aquellos tiempos de penuria, ponía una laña (grapa) a utensilios del hogar rajados, con lo que les devolvía el total hermetismo para poder ser usados nuevamente. Componía de tal guisa, lebrillos, ollas, platos y fuentes, orzas, etc.etc. Este era su pregón:
¡Alaño ollas,
lebrillos, niñas
aquí está el lebrillero!
Se alaña de tó,
cuanto más roto mejor.
...
El de las golosinas:
"Hay barquillos de canela.
El que prueba repite
y, al que no, le da la gripe!
...
También estaba, como queda dicho, el pregonero municipal, quien en cada parada a lo largo de las calles, tocaba a todo decibelio su trompetilla, para una vez fijada la atención, echarles su pregón:
"De parte del señor alcalde
se hace saber
que esta noche no hay pleno
y no hay nada que hacer.
¡Está lloviendo!
Fue célebre el pregonero "Gasparillo" "cebuche" (que a la vez era el único "policía") era una institución en aquella lejana época de nuestra niñez. La fotografía arriba inserta, es la cornetilla que usaba para los pregones, cuya imagen debo a su nieto Gaspar. De "Gasparillo" existen anécdotas singulares, cuyo relato dejo para otro día.