Antes de entrar a definir lo que en
su amplia labor investigadora dejó concretado sobre los vestigios arqueológicos
que en sus varias visitas a Cártama descubrió en ésta, procede que dediquemos al
insigne científico, al menos una sucinta
semblanza. Fue un gran amigo de Cártama a la que, como ampliaremos más
adelante visito con frecuencia y fue
objeto de sus investigaciones arqueológicas, sobre lo que abundaremos en la
segunda parte de este trabajo.
Aunque nació en Ceuta (1.825), muy pronto se trasladó con
sus padres a Málaga; bachillerato en el Seminario Conciliar, y licenciatura
posterior en la Facultad
de Derecho de Granada para, de inmediato, incorporarse al Colegio de Abogados
de Málaga en 1.850. Viajó por muchos países en virtud de su pasión científica, permaneciendo
periodos de tiempo afincado en varios de ellos. Los últimos años de su vida los pasó en el acogedor y vecino pueblo de Alhaurín el Grande, en donde
todo lo bueno es acogido, valorado y honrado (un ejemplo que establece paradoja con Cártama: José González
Marín. En Alhaurín murió (1.909) y está
enterrado Manuel Rodríguez Berlanga.
Según un catálogo bibliográfico que
la concejalía de Cultura de Alhaurín el Grande editó con motivo del 150
aniversario de su personaje adoptivo, que firma el historiador, Víctor Gallero Galván se recoge: “Rodriguez Berlanga fue una personalidad singular e
inclasificable dentro de la erudición decimonónica española. Andaluz desabrido,
censor de falsarios, delator de
aduladores, adalid de la crítica histórica, europeísta convencido, perseguidor
de “topolatrías”... su obra es sinónimo de independencia de juicio, pasión
por el saber y perseverancia en el estudio, logrando con su esfuerzo abrir
nuevos caminos hacia el estatuto científico del Eumanismo, la Epigrafía , la Numismática y la Historia ”.
Unas circunstancias azarosas puso en
sus manos las tablas que contienen la
Lex Flavia Malacitana, descubierta en 1.851 en un tejar del Ejido,
que como otras tantas reliquias del pasado
se salvó de la destrucción milagrosamente. Estas tablas en bronce,
fueron adquiridas por el mecenas
malagueño Marqués de Casa Loring, Jorge Loting Oyarzabal. Rodrigiuez Berlanga
hizo la primera traducción y estudio sobre ellas.
Fue muy elogiada en ensayos especializados y revistas (Mainake
y Jábega 27-1979) la aportación sobre dichos bronces de un ilustre erudito cartameño,
prematuramente fallecido: Miguel del Pino Roldán, intitulada “Nueva traducción de la
Lex Flavia Malacitana”. Hermano de Miguel, es Francisco del Pino Roldán,
profesor de Geografía e Historia en el Instituto de Vélez Málaga (ciudad en
donde la Corporación Municipal
le ha dedicado una calle) que también tiene
escrito un magnífico libro sobre nuestro pueblo: “La Villa de Cártama (referencias literarias en prosa
y verso).
Para terminar esta breve semblanza
de Manuel Rodríguez Berlanga ponderando la universalidad de su saber, digamos
que pertenecía a la Real Academia de la Historia de Madrid, a la Sociedad Arqueológica
de Berlín, a la Real Academia de Ciencias de
Turín, , a la Sociedad
de Anticuarios de Newcastle, a la de Anticuario de Copenhague, a las Academias
de Roma, Viena; Bruselas, a la de Ciencias de Lisboa, a la de las Buenas Letras
de Barcelona, y, pos sus aportaciones científicas en 1.853 se le concedió la
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica 1.887) y, en noviembre de de 1.864, la Encomienda de Carlos
III. Prusia le otorgó la condecoración
de caballero de la Real Corona
Prusiana. Este ceutí, malagueño, laurino y cartameño por cercanía
afectiva, merece de nosotros un homenaje
y, a su obra y ciencia.
SU RELACIÓN CON CÁRTAMA
(CONTINUACIÓN --A)
Tanto desde Málaga, antes, como
desde su retiro en Alhaurín el Grande,
después, Manuel Rodríguez Berlanga solía desplazarse a Cártama, para prospectar
sus escondidos tesoros arqueológicos
--especialmente moros y romanos (erróneamente mantuvo que Cártama no tenía
significación prehistórica)--y, a él,
debemos el descubrimiento de algunos hallazgos muy importantes y sugerentes para
el conocimiento de nuestra historia, de cuya
existencia, dejó constancia en
celebrados y definitivos escritos como, “Estudios
Romanos”, publicados primero en el Diario catalán “La Razón ”
en 1.861 y editado después en la Imprenta Manuel
Galiano de Madrid.
De especial interés era el plano y estudio sobre el mosaico que
acababa de encontrarse en Cártama por el Coronel Luján, con la representación
de los “Trabajos de Hércules” que
fueron llevados a la finca Loring de Málaga, del que Berlanga (beneficiando así
a Cártama y su enjundia histórica fuera de España) envió planos
a sus colegas de Berlín, los que,
para sus artículos, (Artichitá.V.
Monumenti romani in An dalusía”) recogió Emil
Hübner (1), los cuales
aparecieron en el “Bulletino dell´ Instituto di Corrispondenza Archeológica
per l´anno” 1.861 pgnas. 169-171,
y “Musaico
di Cártama” en “Annali dell´Instituto
di Correspondenza Archeológica XXXIV”, 1.862, pag 288-290, para cuyas
interpretaciones mitológicas ofreció Berlanga muy rigurosas aportaciones. Y,
además de los antes indicados, el trabajo se completa con un erudito recorrido
por los autores que hablaron de las antigüedades de Cártama y con la
transcripción de una serie de inscripciones inéditas, cuales son las que aporto
en mi libro “Cártama histórica El Juglar
y la Virgen Peregrina ”,
referida
a la más que probable --para mi certeza intelectual y moral total,
y más, con las últimas referencias
obtenidas, de las que ya hablaré--
nacencia en Cártama de Claudia Prócula, esposa de Pilato, que sin duda
conoció a Jesús, probablemente en casa del Centurión de Cafarnaún --turdetano de origen
malagueño (como ella), según propone Alfonso
Canales en la Revista Jábega-- ,
a la Virgen María ,
de cuyo Hijo, ella fue la única abogado que tuvo ante su propio
esposo Pilatos: “No hagas daño a ese Justo que esta noche he sufrido sueños por El”
(San Mateos, 19, cito de memoria).
Por cierto, y dicho de paso, mi antes citado libro “...El Juglar y la Virgen Peregrina ”, ha sido
considerado por consagrados críticos el
mejor, en su temática, publicado en Andalucía de cinco años a esta parte “imprescindible para quienes quieran conocer
con objetividad y rigor la historia de Cártama desde la prehistoria a nuestros
días y su intrahistoria, orlado con “la más preciosa cantiga mariana no
fabulada, sino de carne y hueso de la historia de España”, con el hecho insólito de que a través de su peregrinar por
todas las ciudades y pueblos de todas las repúblicas de América del Sur y del Centro, éstas se
hermanaron con Cártama, donándole a La Virgen cartameña sus enseñas nacionales para que
ornaran los muros de su templo en señal de devoción y fraternización con España,
y así estuvieron años...”
Volviendo a Rodríguez Berlanga y su
relación con Cártama, a él debemos el descubrimiento de unos magníficos baños romanos, después explotados también por
los árabes, que nuestro personaje describe de forma pormenorizada en uno de sus
libros. Es lógico que unas instalaciones públicas de este tenor han de estar
destinada a un conjunto urbano de cierta envergadura, o sea, que a su alrededor
debió existir unos asentamientos humanos.
Efectivamente, descubrimientos
posteriores han demostrado la existencia de estos asentamientos urbanos que
vamos enumerar sucintamente bajo los topónimos que actualmente tienen el lugar
en donde han sido alumbrados.
A) El Peñoncillo (hoy discutiblemente denominada Urbanización
Atalaya).-
En este conocido y bello paraje, ya
existieron asentamientos prehistóricos, cual se deduce de sendas cuevas que
siempre estuvieron frente a la puerta de entrada de la finca agrícola también
denominada Finca el Peñoncillo. Los labriegos dueños de esta finca hasta los
años treinta del pasado siglo (José Millán y
María Vargas, tíos de este cronista independiente e imparcial) usaban
dichas cuevas como refugio de ganado
cabrío y de cerda con una cierta zona
vallada por delante de cada gruta. Se sabe (tengo constancia de ello
por los propios propietarios) que al
adaptar estos antros para instalaciones ganaderas, aparecieron abundancia de objetos fedatarios
de que en lejanos tiempos prehistóricos
fue habitáculo humano. La generalizada
falta de curiosidad metal e inquietud por la historia del pueblo, dieron
lugar a que tales testigos, como tantos otros de forma consuetudinaria, no se
le dieran valor y desapareciesen.
Sorprende, pues, que el insigne Rodríguez Berlanga, no llegara a
tener noticias de este enclave habiendo estado en Almotaje distante de ellos no
más de 400 metros ,
y llegase a afirmar, según he leído en alguno de sus trabajos, que Cártama carecía de prehistoria.
Seguiremos ahondando en la Historia e intahistoria
del Peñoncillo en las próximas entregas.
En la próxima entrega volveremos de
lleno a la relación de Rodríguez Berlanga con Cártama, con especial
significación los baños agarenos y romanos de Almotaje y posterior fielato de la seda, así como
consideraciones históricas del Peñoncillo y
las hazas Rincón con su puerto fluvial, Balbuena, Carrión, etc.