sábado, 9 de mayo de 2015

CIUDADANOS Y LOS DEMÁS


Resultado de imagen de Ciudadanos
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Ribera sabe elegir candidatas. Y, además, es abogada de pro y tertuliana mesurada.

Dos partidos de nuevo cuño, Podemos y Ciudadanos,  han despertado la esperanza de redención nacional; pero, de aquel, poco queda ya digno de contar después de las cantadas de “casta” y corrupción clara, que nos ha dado y da; la única oportunidad que le queda a Podemos es cultivar ese segmento electoral  (mayor o menor)   despechado del bipartidismo,  que ven en ellos (¡serán ilusos!), la solución a tanto despropósito de PSOE y PP, verdaderas máquinas de esquilmar al pueblo en su propensión  recaudatoria en aras de su afanadero propio, sin sustraerse, para ello, a los más viles métodos de corrupción jamás vistos en nuestra historia. Es Podemos  la opción cavernaria del momento porque, cavernícolas y  más aún embusteros y ladrones, dicho sin ánimos de ofender a nadie,  siempre los hay entre  cuarenta y siente millones de habitantes que tiene España.

El nombre  “Ciudadanos” (referido, ya digo,  a uno de los  partidos ha poco  emergidos a escala nacional), tiene ecos que pone un tanto de esperanza en la desesperanzada ciudadanía española --absolutamente colonizada en todos los órdenes del  vivir el día a día--  por los partidos elefantiacos y sucedáneos que, hasta ahora (se dice que con visos de cambio en las elecciones a llevar a cabo hogaño), han conformado, para desgracia patria (está visto y comprobado),   la clase política que nos ha venido gobernando?; clase política que, descaradamente,  se ha prevalido de todos los poderosos resortes del Estado para la creación de opinión y conciencia de la masa popular, de forma conveniente  a sus mezquinos intereses personales y de partido. De tal guisa espuria y antidemocrática, que se han prevalido, y prevalen  para ello, hasta de la formación escolar; así han dibujado una sociedad sometida a sus corruptos designios. En Andalucía hemos visto hasta qué grado de degradación, que se sigue votando a los que durante treinta y cinco años nos han venido robando y mintiendo descaradamente     --¿contribuirá Ciudadanos con su voto, prestado, a que continúe este mastodóntico entuerto a una “ciudadanía”, ayudando a “gobernarla” a los corruptos? . Y no llegan  dichos corruptos programados a exigirle al pueblo  el derecho de pernada, porque sus naturales inclinaciones son de pesetas (ajenas)  y no de braguetas y bragas.  Por eso, el nombre Ciudadanos en un partido político nos suena bien: ¡ojalá sean coherentes con el enunciado! Pronto lo vamos a ver. El partido de Pablo Iglesias va a pagar el costo  de su insolvencia ideológica u  de sus constantes rectificaciones incompatible con la imágen de jóvenes odealistas que han querido dar y, se han revelado como una opción de extrema izquierda que no encaja en una sociedad democrática como la auropea, en la que se inserta España.

Hasta ahora, el partido de Alberto Rivera se mantiene en una velocidad de crucero, sin cometer errores de bulto en sus apariciones públicas  y, al parecer, sin crisis internas y sin que se le conozca garrapiña de lo público. Sí, teóricamente, una esperanza.