De izquierda a derecha en una barrera en la malagueta: El escultor,
Mario Palma Burgos, González Marín (sombrero en manos), un amigo común (de
espaldas) y, el también escultor, José
María Palma Burgos, amigo mío del alma fallecido ha pocos meses
en Córdoba en donde residió muchos años.
Cártama es
uno de los pueblos de España que
tiene la fortuna de que, entre sus
hijos cuenta con un genio en un arte noble y único
reconocido en el mundo entero de habla hispana como el mejor recitador y eminente actor de todos los tiempos. A los
artículos que a continuación inserto, un ejemplo por cientos y cientos, me
remito. Ya ustedes habrán colegido que me estoy refiriendo, una vez más (porque,
dadas las circunstancias, no puede ser de otra manera), al Exmo. Sr, Don José González Marín, del que
hace unos días se cumplió el 126 aniversario de su nacimiento (28 abril 1.889).
Como
rapsoda y hombre de profundas concepciones religiosas y sociales como su gran
amigo García Lorca y otros personajes de la época, coherente con su condicione humana, se alineó con los pobres y el pueblo llano, y, al hilo
de ese espíritu, él liberó a la poesía del claustro excluyente de los intelectuales, y la llevó a
su dueño, la gente, escenificada de forma asequible a todos los saberes y
escalas populares. Sí, fue un hombre
“asilo” de Dios, henchido y desbordante de historia humana, universal, sin
dejar nunca de soñar en el porvenir de
su patria, España. Con su remembranza
llevamos a cabo lo que Unamuno llamaba una momentaneización de la
perennidad. Algunos, en Cártama, no han caído en tal realidad y el tiempo les ha demostrado que están
errados; y herrados, quizás.
Aún en estos
tiempos, a los 59 años de su muerte, hay
escritores-poetas que, por poner dos
ejemplos, lo juzgan de esta manera:
José García
Pérez.
Manuel Alcántara:
Dicho
lo que antecede de González Marín como personaje de la poesía y el teatro en
general, hoy me ha dado la ocurrencia de
poner de manifiesto otra faceta suya muy poco conocida: Independientemente de
lo acendrado, o no (no es mucho de este
momento), de su afición a la fiesta brava, sí fue él quien llevó por primera, y creo
que única, vez la poesía
relacionada con el toro, a los escenarios. La fiesta brava desde la antigüedad más remota, cuando el
arte consistía en alancear toros en fiestas y justas, hasta nuestros días, ha
inspirado las más bellas composiciones líricas a los poetas españoles. Y fue él,
repito, quien la difundió de forma más amplia por todos los escenarios
teatrales del mundo hispano. De cómo concibió la idea de escenificar la poesía
taurina, dejo que nos lo explique el autor del artículo que sigue, aparecido en
la Revista ,
“Fotos”, allá por los años cuarenta del pasado siglo:
Entre otros poemas, José González
Marín llevaba en su repertorio las siguientes composiciones y autores que dio a
conocer y difundió por todos los escenarios de habla castellana de aquende y
allende el mar:
PEPE LUÍS VAZQUEZ. Rafael Duyos
LA “SEÑÁ” GABRIELA. José A. Ochaita
EL MADRID DEL 8OO. José Díaz Quijano
PEDIR LA
LLAVE. José A. Ochaita
ALVARO DOMECQ. Rafael Duyos. En CD.
RECUERDO DE MANOLETE. Adriano Del valle. En CD. (Dedicado a G. Marín)
EL SR. CURRO GUILLEN. Manuel de Góngora (Estampa antigua)
LLANTO POR IGNACIO SANCHEZ MEJÍAS. García Lorca
FANDANGUILLOS DE MI JACA. Juan Pedro Domecq y Díez. En CD.
LUCHA DE TOROS BRAVOS.
“ “ “ “
EL ESPARTERO. Fernando Villalón. En CD.
EN LA MUERTE DE
JOSELITO. Enrique López Alarcón. Cartameño.
GITANILLO DE TRIANA. José Ojeda
JOSELITO EN SU GLORIA. Rafael Alberti.
CHUFLILLAS TORERAS. Rafael Alberti
ETC.ETC.ETC.
Dos programas por cientos...
Miren ustedes por donde, por obra y gracia de un genial artista del terruño guadalhorzano, Cártama fue la cuna de la teatralización de la poesía taurina española a escala mundial.
FRANCISCO
BAQUERO LUQUE
CÁRTAMA