Y, éste,
sabe bastante; hoy miembro de número de la Real Academia de la Lengua Española , fue: Corresponsal
de Guerra desde su temprana juventud; le vio
los harapos a la muerte día a día en varias guerras, sin más argumentos ni credenciales de urgencia que una tarjeta
plastificada del diario para el que escribía colgada en sitio visible de su
anatomía, una cámara fotográfica, un blok de notas y, una portátil para teclear
en breves espacios de tiempo entre chiflidos de balas y gritos de angustias y
dolor de chavales clamando a la madre o a la novia, agazapado, cuando tras loca y zigzagueante carrera dejaba de sortear
cadáveres de una florida e inocente juventud (¡malditas guerras!), tras
un balate del terreno, si era a campo abierto, o, entre las ruinas de un
bombardeo si la “diversión” tenía lugar en la ciudad convertida en campo de
batalla por los designios (desde sus
confortables despachos arrullados por una eficiente secretaria) de unos hijos
de puta políticos, que diría él (yo…, lo que leo); y así, escribiendo crónicas de guerra a lo
bestia hasta que las patillas y la perilla le empezaron a blanquear. El ronroneo constante de las
balas producen miedo del gordo y, el miedo, blanquea las pelusas muy pronto. De
tal guisa, y sin poder dejarlo para luego (¡menudos son los Redactores jefes pidiendo sin parar noticias frescas del “fregao”!), escribió sus crónicas durante muchos años: Kosovo,
Irak, Guerra del Golfo, etc.etc. ¿Quién no leyó antaño las crónicas de guerra
de Arturo Pérez Reverte al que, aquí, me vengo a referir?
Después sus novelas históricas como “El Capitán Alatriste”
y otras de distinto temario: “El tango de la Guardia Roja ”, “Perros e hijos
de perra”….y sus artículos semanales en el Suplemente de ABC y SUR, junto a
otros de José Manuel de la Prada
y del andaluz Carlos Herrera. Todo este bagaje y estilo singular llevó a Arturo Pérez Reverte a ser numerario
de la RAE.
Pues bien,
según publicó la Agencia EFE
el día 24 mayo 2.015, obtenido de su archivo, cuando Pérez Reverte presentaba
en Cádiz su otra novela, “Hombres buenos”, dijo refiriéndose a los resultados de los últimos comicios cosas de este tenor. “…Esos políticos superimputados que hayan salidol casi igual que antes
demuestra la baja calidad moral en que los españoles están viviendo”; que
al ser ahora tantos los concurrentes que han obtenido mando en plaza, o lpos
van a obtener, les costará más ponerse
de acuerdo para robar.
Y continua:
“La decencia debería ser imprescindible
para cualquier político”; “todavía hay en las listas electorales sinvergüenzas,
supergolfos conocidos y notorios…” y ha sido votados.
Y prosigue:
A veces tenemos la basura porque esa
basura sale de nosotros mismos” Esta novela me ha reafirmado (yo ha tiempo
que estoy en ello y lo vengo diciendo) en la idea de que sólo la cultura nos salva.
En tiempos como estos de basura indiscriminada, de falsos profetas, de
lobos disfrazados de corderos, únicamente el criterio de la persona culta, el
jóven que se educó desde niño con un buen maestro, en el criterio y en la
cultura, permite salvarse”.
Y añade: Europa y occidente se han ido al diablo. Aquí hay una degeneración
colectiva (colectiva, la masa, la gleba)
sin salvación”, aunque cree que “la
gente buena aún tiene mecanismos de salvación que son los libros y la cultura (cultura,
digo yo, viene de lectura),que aunque ya
no puede evitar la tragedia nos puede ayudar a sobrellevarla”
Y sentencia
con más razón que un santo: “Los hombres
buenos hoy en día son los maestros (bueno, los maestros no ideologizados
que no envenenan a los alumnos). El
maestro con un buen libro en la mano, con amor a su trabajo, no mercenarios de
la tiza, sino que intenta hacerlos
críticos, lúcido y sabios”. El mundo, y España, necesita de patriotas,
de patriotas culturales.
El
académico también ha defendido el poder
de la cultura como filtro necesario del individuo para discernir. Y termina: “El problema de Internet es el exceso de
información y la falta de elementos discriminatorios. Tanto cuenta el peso de
Belén Esteban, de Kiko Rivera que el de Vargas Llosa, Pérez Reverte o el de
Javier Marías. No hay un filtro que diga esto es interesante y esto es basura”
Así ha
hablado sobre un candente problema de España
un sabio en letras y en cosas de la historia y de la vida.