miércoles, 1 de abril de 2020

EL GRAN MILAGRO DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS


   Francisco Baquero Luque: LA VIRGEN DEL MAYOR DOLOR Y GRAN CRUZ ...

Francisco Baquero Luque: marzo 2015
LA VIRGEN DE CÁRTAMA EL 23 DE ABRIL DE 1.937 EN CUBA, EN DONDE FUE PROCLAMADO EL HERMANAMIENTO DE LAS  REPÚBLICAS IBEROAMERICANAS CON ESPAÑA EN GUERRA SIN DISTINCIÓN DE BANDOS, Y, EN SEÑAL DE COMPROMISO, CADA PRESIDENTE DE  AQUELLOS PAÍSES HERMANOS LE DONARON UNA ENSEÑA DE SUS RESPECTIVAS NACIONES A LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS  QUE DURANTE MUCHOS AÑOS ORLARON Y HONRARON LOS MUROS DE LA ERMITA DE NUESTRA PATRONA.
    
         Fue el 23 de abril de 1.579: Una terrible epidemia de  peste asolaba las moradas de la Villa;  en muchas puertas de de ellas    se había trazado la espeluznante y fatídica  cruz  roja, señal inequívoca, entonces, de que dentro de ese hogar reinaba la agonía y la muerte y, nadie, so pena de contagio letal, podía acceder en socorro de los contaminados y afligidos familiares. Padres que huían de sus hijos apestados, hijos que hacían lo propio de sus padres, y hermanos que eludían ayudar a otros hermanos: Desesperanza  y  visión dantesca era el escenario cartameño cual consta en los anales municipales.

          Como no se podía acceder a los hogares contaminados ni salir de ellos,  además de  por la enfermedad, los moradores morían de hambre y sed al ser imposible el socorro desde fuera. Sólo se atrevían a entrar los pocos frailes mercedarios de la Orden de los Trinitarios, afincados en Cártama, aunque no tenían Iglesia (salvo capilla en una finca explotada por ellos para la redención de cautivos con sus beneficios), ni convento como sí lo tenían en Coín, en cuya misión de entrega y socorro a los afectados por la pestilencia, perdieron la vida  muchos  de ellos. Cómo  recuerdan a aquel letal hito los médicos, enfermeras y sanitarios de hoy como, también nuestras fuerzas de orden Público (Guardia Civil, policías nacionales y Municipales y otras instituciones civiles.  Amén de socorrer a los apestados, trasladaban  carros y caballerías con angarillas repletos de cadáveres   a darles cristiana sepultura en fosas que ellos mismos excavaban.

          En ese estado de calamidad,  los vecinos de Cártama pensaron en bajar de su Ermita a la Patrona, entonces advocada como Virgen de los Reyes  porque   la implantaron Patrona de Cártama con Ermita en un antiguo oratorio árabe adaptado para el culto cristiano por los alarifes de los Reyes Católicos y la establecieron Patrona de Cártama el  26 de abril de 1.485 en solemne procesión desde los campamentos militares de Cártama y Coín; los cielos de Cártama se colmaron de clamores de trompetería de las huestes liberadoras de las garras del moro, de rezos y canciones, de fiesta cristiana en loor y clñamor de devoción mariana.

         Y así e siguió haciendo por el pueblo de Cártama y comarca  por los siglos de los siglos, desde  aquel  22 de  abril de 1.579 que el  pueblo la “bajó”  desde su real Ermita  a la Iglesia parroquial y, el 23de abril, a hombros de hombres ya esqueléticos por el sufrimiento de la tragedia, la “pasearon” en andas por  el mismo recorrido que se hace hoy, 440  años después, sin que ni un solo año, a partir de ahí,  dejara de ser prosesionada,  ni siquiera el 23 de abril de 1.937 que lo fue en La habana (Cuba)  en donde le cogió su festividad cuando era peregrina por todas las ciudades y pueblos de 16 repúblicas iberoamericanas en los brazos del  Juglar poeta, José González Marín, que la salvara para Cártama a Ella y a su multicentenaria  tradición, que de no haber sido por este genial artista y hombre bueno y amante de su pueblo,  hoy no existiría, pues con  la quema de la imagen que él evitó con riesgo de su vida, habría desaparecido todo el ritual mariano, al igual que desaparecieron, y siguen sin llevarse a cabo, los pasos de Semana Santa. Gratitud sin cortapisas merece de todos los cartameños bien nacidos la memoria del eximio hijo del terruño, José González Marín.

         No más pasear las calles de Cártama en procesión de rogativas la Virgen de Los Remedios, la peste cesó, lo cual fue tenido por el pueblo como   milagroso, haciéndose constar así en actas capitulares y Registros Parroquiales, quedando ordenado en ellas  que “por siempre jamás” se celebrara cada 23 de abril en recordación del grandioso hito de 1.579, fiestas y procesión en honor de nuestra Patrona. Y hasta el pasado año así fue siempre.


         Y desde entonces, seguramente por la influencia de los monjes Trinitarios, la Virgen es advocada como Remediadora, o de los Remedios, la misma que es advocación de los frailes mercedarios, o Trinitarios,  que tan abnegadamente supieron morir para salvar enfermos de peste en Cártama.