QUIMERA
¿Quién me espera
allí
esta noche fría y
de relámpagos
amenazando lluvia
sobre los campos
de las riberas…?
¿Quién con alas
angelicales
y carita con
sonrisa de querubín
me está
esperando, iluminada,
en la otra orilla
edénica
de la laguna
Esquicia?.
Mi alma se
estremece al
considerar que
pudiera ser
de verdad, Tú y
no una soñada
quimera de esas
que a veces
a la esperanza
racional suplanta.
¡Dios mío! ¿Me
esperará Ella
y me curara esta
irreal presencia
en mi alma y mi
cuerpo destrozado de penas?
Pero no, no es
un plañir esta querencia,
es una reflexión
en voz alta; la vida
y los amigos me
han puesto otra vez
en las faenas
del diario trajinar
que sosiega mi
alma cuitada.